Relatores de ONU y CIDH piden a Estados proteger a defensoras y defensores de DDHH
Signis ALC
Los Relatores Especiales sobre la situación de los defensores de los derechos humanos de Naciones Unidas, Michel Forst, y de la CIDH, José de Jesús Orozco Henríquez, expresaron su preocupación por la persistencia de asesinatos, amenazas y hostigamientos contra defensoras y defensores de derechos humanos. De igual manera mostraron su inquietud por la criminalización de las actividades de defensa de los derechos humanos en diversos países de la región, y la falta de adopción de medidas efectivas de protección por parte de los Estados a defensoras y defensores que se encuentran en situaciones de grave riesgo.
Así se manifestaron luego una reunión de trabajo que celebraron en la cual reiteraron su compromiso de continuar profundizando los lazos de cooperación entre el sistema universal de derechos humanos y el sistema interamericano para proteger mejor a las defensoras y defensores de derechos humanos a través de acciones conjuntas.
La reunión se cumplió en el marco del 153 período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
José de Jesús Orozco expresó que «es urgente que los Estados garanticen el ejercicio del derecho a defender los derechos de las defensoras y defensores y se abstengan de imponer obstáculos que dificulten su labor. Además, es necesario avanzar con leyes nacionales que contemplen mecanismos de protección para defensoras y defensores y que se garantice su efectividad».
Por su parte, el Relator Forst manifestó que «muy a menudo graves violaciones en contra de defensoras y defensores de derechos humanos ocurren en impunidad. En particular, me encuentro extremadamente preocupado por el incremento de actos de intimidación y represalias en contra de las defensoras y defensores de derechos humanos que buscan cooperar con los mecanismos de derechos humanos de Naciones Unidas o con organizaciones regionales. Estas represalias toman la forma de campañas de desprestigio, prohibición de viajar, acoso, intimidación, amenazas directas, agresiones físicas y asesinatos. Por tanto, necesitamos con urgencia poner fin a todas las formas de intimidación y represalias en contra de las defensoras y defensores que cooperan con las Naciones Unidas y la CIDH».
En vista de la situación descrita ambos Relatores llaman a los Estados a tomar todas las medidas necesarias para garantizar que las defensoras y los defensores de derechos humanos puedan realizar sus actividades de denuncia, acompañamiento y protección, libres de ataques, actos de violencia o represalias.