OPINIÓN

Violencia contra las mujeres

por: Santiago Agüello Mejía

Hoy que se acerca el día para la eliminación de toda forma de violencia contra las mujeres estamos obligados en reiterar nuestro pensamiento sobre sus derechos. Para empezar hay que aclarar que toda negación de esos derechos, toda forma de discriminación, explotación, desconocimiento, invisibilización , toda fuerza, todo golpe, todo gesto no consentido, abuso de confianza o de poder constituyen formas de violencia que deben ser atacados, no tolerados y menos aún pueden ser auspiciados por las personas y los pueblos.
El 25 de noviembre es día para acordarse de las mujeres violentada , discriminadas, torturadas, abusadas a través del mundo. La fecha es digna de un acto de contricción y vergüenza para la conciencia civilizada de nuestros pueblos. Sin ir más lejos el 60 y más por ciento de mujeres en nuestro país han sufrido alguna forma de violencia, al interior de los espacios donde deberían ser defendidas: el hogar, la escuela y el espacio laboral.
Y hay aún una forma de violencia que es matriz de otras, la CULTURA VIOLENTA: la incultura hace de la violencia una respuesta apetecible o cuando no, al menos justificable. Lo que debería proyectarnos hacia la responsabilidad de los que generan violencia a tope y no se dan cuenta de sus actos: gobernantes corruptos, medios de comunicación salvajes que hacen apología de la violencia.
Si en términos de normas y declaraciones Ecuador se sitúa en el siglo XXI, en cambio en conquista de la equidad y respeto de la dignidad humana de las mujeres no pasmos del siglo XIX. En discriminación por razones sexuales estamos aún en deuda. En maltrato y violencia intrafamiliar continuamos en la Edad Media. Un alto porcentaje de nuestras mujeres sufren o han sufrido violencia sitemática en sus núcleos íntimos. Y a PESAR DE TODO LO QUE YA PODRÍA AVERGONZARNOS, todos sabemos que aún lo que se conoce está sesgado por una abultada cifra oculta de este tipo de delitos.
En 12 de doce provincias del país hubo una sola respuesta sobre la pregunta cuál es la más frecuente y grave violación de derechos humanos en este espacio territorial: la violencia contra las mujeres. El primer y más importante gesto de violencia se produce contra ellas, de manera frecuente cuando no sistemática.
Problema de seguridad ciudadana, problema social, problema político y de gobernabilidad, problema igualmente de derechos humanos, tal como se lo quiera considerar es un desafío democrático. No se puede de otro modo entender el desafío de una sociedad justa, igualitaria, basada en principios de derecho si se pasa por encima este fenómeno que ataña a una porción tan significativa de la población.

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