LIBRE EXPRESIÓN

Educación para Jóvenes y Adultos: un derecho que Naciones Unidas debe garantizar

Redes latinoamericanas que buscan proteger los derechos de los jóvenes y adultos

Redes latinoamericanas que promueven la democratización de la educación reclaman a la ONU un decidido apoyo para la educación de jóvenes y adultos. En carta dirigida a Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas, las redes señalan la necesidad de establecer criterios claros y recursos financieros que garanticen una educación gratuita y de calidad para todas las personas.
Del 13 al 16 de Julio en Adís Abeba, Etiopía, las Naciones Unidas realizará una Conferencia en la que se aprobarán lineamientos y recomendaciones sobre “Financiación para el Desarrollo”. Lo preocupante es que en el documento propuesto para ser aprobado no figura la Educación para Jóvenes y Adultos.
La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), el Consejo Latinoamericano de Educación Popular (CEAAL), la Red de Educación Popular entre Mujeres (REPEM) y la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) reconocen la importancia de la Conferencia de Financiamiento para el Desarrollo (FfD). Sin embargo manifiestan su preocupación por la ausencia, en la propuesta de declaración final a firmarse, del compromiso explícito con la educación y alfabetización de personas jóvenes y adultas y a lo largo de toda la vida, elemento crucial para que se alcance el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 propuesto: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
Como redes de educación y derechos humanos en América Latina y el Caribe, afirma la carta dirigida al Secretario General de la ONU, hemos acompañado con preocupación el hecho de que la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA) sigue siendo el sector que menos atención recibe. Según la UNESCO, 33 millones de personas en nuestra región carecen de las competencias básicas, siendo un 55% mujeres. Importantes disparidades de género en la alfabetización de personas jóvenes y adultas persisten.

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