OPINIÓN

Jugada magistral

Por: PRODH

La principal enmienda que está siendo tratada en la Asamblea es aquella que permitiría la reelección indefinida de Correa. Con el control total de todos los poderes del Estado, hasta el año pasado no parecía haber obstáculos para tener Rafael Correa para largo, sin importar que más del 80% de la ciudadanía hubiera querido ser consultada sobre este tema, sin que este justo derecho se haya viabilizado.
Sin embargo, las consecuencias de la crisis económica por la caída de los precios del petróleo y la apreciación del dólar, más la explosiva mezcla de medidas torpes, abusivas y desesperadas para intentar paliarla han hecho que los acontecimientos se precipiten. El malestar y protesta social se han incrementado notablemente, el déficit fiscal requiere de mayor endeudamiento para ser cubierto, y todos los fondos provenientes de las salvaguardias, de la eliminación de los aportes del Estado a IESS, de los fondos confiscado a los maestros, del oro empeñado a Goldman Sachs, y de más y más impuestos siguen siendo insuficientes para cubrir ese déficit, luego de que el gobierno despilfarró los recursos más grandes de la historia del Ecuador y no se preocupó de ahorrar ni un solo centavo.
El panorama es muy desalentador para el país y Correa considera que podría no estar garantizada su reelección en el 2017, por lo cual hace un pedido a los asambleístas de su bloque para que incorporen una norma transitoria a dicha enmienda, para que esta entre en vigor después de la fecha de posesión del próximo gobierno. Con ello, Correa no podría postularse para un tercer mandato y se libraría de que el peso de la crisis caiga sobre su espalda.
De este modo, la magistral jugada lograría que Correa se retirase de la escena política pero dejando herederos. La opción de un gobierno de Alianza País sin Correa en la presidencia podría quitarle en parte ese peso y podría manejar los hilos del gobierno, detentando el poder detrás del trono. Sin embargo, considerando los permanentes cambios de opinión por parte del presidente, tendría más cartas para jugar, incluyendo que la transitoria sea declarada ilegal por la Corte Constitucional el momento que el presidente lo ordene.
También Correa amenaza con desestabilizar con la muerte cruzada a todo gobierno que no sea de su partido, en caso de ganar las elecciones y nuevamente postularse para el cargo. De esta forma, Correa introduciría de manera permanente el correísmo dentro del sistema político ecuatoriano: hacer un intermedio para luego seguir otros diez años más.

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