EDITORIAL

Expresarse sí… pero suavito por favor

Una de las más importantes libertades ciudadanas es la que permite criticar lo que los gobiernos no están haciendo bien. Es tan básica que resulta obvio decir que es connatural a la democracia misma y al Estado de Derechos, pero los acontecimientos actuales nos hacen replantearnos el conocimiento generalizado sobre lo obvio.
El caso de Manuela Pacheco y Manuel Trujillo es una muestra de que el olvido de lo “obvio” ha sido progresivo durante los últimos años en el Ecuador, y solo eso, una muestra más de los tantos casos similares de criminalización de la protesta social que en la actualidad se procesan en el país.
Bajo los cargos de terrorismo, rebelión, sabotaje, entre otros, se procesa a quien no está de acuerdo con que se talen los bosques, a quien se expresa porque le van a quitar el agua a su comunidad, a quien prefiere tener un techo de paja sobre su cabeza a que le quiten su terruño, a quien defiende sus derechos humanos, los derechos de sus comunidades, o los derechos de la naturaleza y no los derechos de una gran petrolera.
El proceso de silenciamiento es sistemático: no se realizan de manera adecuada las consultas previas y cuando se las hace, su resultado nunca es vinculante, es decir un saludo a la bandera, un simple pronunciamiento en papel mojado. Cuando se solicitan acciones y medidas judiciales para precautelar los derechos de las comunidades, estas en casi la totalidad de los casos no prosperan.
Esto sumado a que la representación política es solo nominal.
¿Qué les queda entonces a las personas para defender su modo de vida? Obviamente resistir y protestar, pero cuando lo hacen, se les acusa de ser peligrosos delincuentes.
Entonces acude la prensa a realizar seguimiento a los casos judiciales. Luego personas como usted y yo abrimos la prensa o leemos las notas de internet, y uno se imaginaría al leer los rimbombantes cargos imputados que se trata del malo de Duro de Matar, de Osama Bin Laden o de un temible miembro del grupo Isis, pero no, es una mujer campesina, vecina de toda la vida de su pequeño municipio, de un anciano que recoge naranjas para vivir, de unos jóvenes indígenas que luchan por mantener vivo su legado, de alguien que podría ser usted o yo.

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