La verdad oficial y la prensa
PRODH
Hablemos del periodismo, esa actividad profesional que cada sábado desde la boca del primer mandatario es tachada de “corrupta”, “mentirosa”, “sensacionalista”, entre muchos otros adjetivos. Este acto revela el poco aprecio que nuestro gobernante y muchos otros funcionarios de gobierno sienten por la prensa.
Hagamos un acto de memoria y sin llevarnos mucho tiempo, concluiremos que algunas veces las afirmaciones que hizo el Presidente fueron verdaderas, pero ¿Y qué de las muchas otras ocasiones en la cuales el periodismo ha descubierto violaciones de derechos humanos? ¿Actos de corrupción del poder político? ¿Y aquellas en que desenmascaró estructuras de poder que actuaban con absoluta impunidad?
Recordemos “El Caso Restrepo”, uno de los actos más deleznables de violencia de Estado no solo por la desaparición de Santiago y Andrés, sino por los posteriores intentos de ocultamiento e impunidad realizados desde altas instancias. ¿Qué hubiese sido de este caso sin la participación intensa y constante de la prensa poniendo en duda la verdad oficial?
Ahora pensemos en “El Caso Fybeca”, un acto en el cual la fuerza pública disfrazó ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas como un enfrentamiento armado contra delincuentes. ¿Qué hubiese sido de este caso sin aquella foto certera de un periodista en la cual se observaba a un ciudadano que desapareció en las manos de la policía?
Recordemos hechos más recientes, el caso de las ciudadanas argentinas asesinadas en Montañita. Un acto de violencia atroz contra dos turistas pero agravado por la actuación del Ministro del Interior, quien por redes sociales se encargó de “resolver” con extrema rapidez lo ocurrido. ¿Qué hubiese sido de este caso si la prensa no ponía en duda las conjeturas y desvaríos del Ministro que cerraban el caso?
Qué hubiese pasado con estos casos, y muchos otros, sin una prensa que discuta lo que al poder no le gusta debatir, esa verdad estatal. Es un hecho que la democracia es de mejor calidad mientras menos hechos permanecen en las sombras. Sea este un recordatorio oportuno cuando en el horizonte asoma un grave escándalo de corrupción en el que estarían inmersos funcionarios del gobierno. Esperemos a ver qué desvelan los “Panamá papers”.