EDITORIAL

La primera sentencia por delito de odio en el Ecuador

Corría el año 2011 cuando un jovencito humilde de veinte años llamado Michael Arce ingresaba a la Escuela Militar Eloy Alfaro (ESMIL), su objetivo estaba claro, convertirse en el primer General Afroecuatoriano del Ejército. En ese año Michael fue uno de los 5000 aspirantes a la ESMIL y luego de superar satisfactoriamente pruebas psicológicas, médicas, académicas y físicas, fue uno de los 200 seleccionados para ser cadetes.

El sueño de Michael se convertiría en pesadilla. En los tres meses siguientes debía de cumplir el proceso de reclutamiento pero solo soportó dos, pidiendo su baja “voluntaria”. Las aspiraciones del joven afrodescendiente encontraron un límite en uno de sus instructores, un teniente que pensaba lo que muchos otros militares también: “los negros jamás deben llegar a ser oficiales.”

Los dos meses que Michael estuvo en la ESMIL fueron un infierno, siempre se le trató peor que a sus compañeros. Recibió de manera permanente insultos como: “negro vago, inútil y sucio”, y soportó actos como: hacer varias jornadas de guardia de toda una noche sin derecho a descanso, boxear con cuatro cadetes a la vez, comer en el suelo y en un máximo de treinta segundos, correr con piedras en la mochila, ser golpeado por sus compañeros, restregar sus manos en el lastre, arrastrarse en el fango desnudo y nadar en agua helada hasta la hipotermia, entre muchos otros.

Al salir de la ESMIL Michael no era el mismo, física y psicológicamente se encontraba muy afectado. Es así que a solicitud de Liliana, la madre de Michael, la Defensoría del Pueblo y luego la Fiscalía General del Estado comenzaron, por primera vez en el país, una investigación por presunto delito de odio étnico o racial.

Durante un litigio que duró 4 años, la posición del Ejército fue afirmar que Michael nunca fue discriminado o maltratado, que todo lo ocurrido solo eran fantasías de un chico que no supo adaptarse a las exigencias de la vida militar. La institución puso las manos al fuego por su Teniente, respaldándolo con personal y recursos. De hecho, muchos militares piensan que el trato a Michael fue normal pues ellos se deben preparar para la guerra, otros piensan que lo que intentaba era simplemente sacar dinero del juicio.

El pasado 5 de julio de 2016 la Corte Nacional dictó sentencia definitiva y le dio la razón a Michael, quien en su demanda nunca exigió dinero, ni volver a la ESMIL, lo que sí pidió fue que se reconociera que lo discriminaron por ser afrodescendiente y que dicha sentencia sea un hito para que los afrodescendientes puedan desenvolverse en el mundo militar y en cualquier otro espacio de la sociedad sin temor a ser discriminados.

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