EDITORIAL

Cuestionado triunfo

Contra viento y marea, todo indica que el próximo presidente del Ecuador será Lenin Moreno, le guste o no a la mayoría del pueblo ecuatoriano. Recordemos que el 2 de abril, en con el 20% de votos ingresados ganaba Lasso, luego supuestamente se cayó la página del CNE y cuando regresó ya estaban ingresados más del 90% de votos…. y ganaba Moreno. ¿Qué pasó durante ese fatídico lapso? Además, qué curioso es que el servidor ya no era el que estaba al principio. Por más impugnaciones y pedidos de un reconteo total de parte del candidato opositor el gobierno ya tenía su presidente.
La legitimidad de un gobierno no se consigue a golpes ni con triquiñuelas, simplemente se demuestra la transparencia y veracidad del proceso electoral, señor Moreno. Además hay algunos retos que enfrentar para recuperar la tan venida a menos confianza en el partido del gobierno actual y del que se avecina.
Le preguntamos entonces si en su gobierno ¿se investigará seriamente la gran red de corrupción, de la cual se conoce con certeza a unos cuantos protagonistas, unos huidos y otros tras las rejas? ¿Por qué el actual régimen acaba de designar como Fiscal a un asesor de primera línea del Presidente Correa y se volvió a nombrar a Carlos Pólit en su cargo de Contralor? ¿Será que con estos personajes en funciones se investigarán a fondo los casos de Petroecuador, Odebrecht, Papeles de Panamá, Refinería del Pacífico; u otros ya casi olvidados como el de la valija diplomática, el caso Duzac o el gran primo y otros que todavía se desconocen? ¿Se descubrirá a los cabecillas y no solo a mandos medios? ¿Serán enjuiciados y sentenciados?
Nos acogemos al derecho de la duda, y está en sus manos señor Moreno demostrarnos lo contrario. Usted conoce que, llegar a poder con todas las cartas a su favor siempre sembrará dudas y malestar por la falta de equidad entre los contendores.
No suena bien que el poder electoral haya estado dirigido por alguien que, al ser su coideario, no garantiza imparcialidad, por decirlo menos. No suena bien que como parte de campaña se inauguren obras a diestra y siniestra, como dádiva electoral. Desagrada, señor Moreno, que el gobierno haya usado al máximo los medios incautados y las sabatinas para hacer campaña por su candidatura. Deja mal sabor la masiva movilización de funcionarios públicos a nivel nacional para promocionar y recoger firmas para obtener hipotéticas viviendas, y los hipotéticos bonos de 150 dólares si triunfaba el candidato de gobierno. Todo esto excediendo las atribuciones legales y la ética.

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