EDITORIAL

Extractos del artículo “El revés de la Década ganada” de Pocho Álvarez

La “década ganada”tiene en la cultura el revés de su moneda. El decreto presidencial número 5 crea el Ministerio de Cultura, una improvisada oferta de campaña que nace sin ninguna reflexión profunda, sin ningún debate o análisis serio con la historia y realidad del quehacer cultural en el Ecuador. Con los actores de la diversidad, los pueblos y sus imaginarios, las comunidades y su gente, la tierra, el entorno, los intelectuales y los artistas, la sociedad civil y sus instituciones. Todo un presente vivo que fue ignorado. Diez años de crecimiento burocrático, de borradores, consultas, correcciones y diálogos, un recorrido más de disensos que de consensos y casi a una década de creación del Ministerio, aparece en diciembre del 2016, la llamada Ley Orgánica de Cultura. Un entramado de considerandos, justificativos, títulos y artículos que busca organizar hasta el último detalle el crucigrama público de instituciones que hacen cultura. No busca sintonizar con la realidad real y su dinámica, con sus valores y quehaceres colectivos. No está en su naturaleza crear correspondencia y consideración con las organizaciones de la sociedad, menos aún armonía. Es una propuesta de dominio. “Lo jurídico”, es decir el interés político, debe imponerse sobre lo real. La Casa de la Cultura Ecuatoriana fue reducida a ser una suerte de patio de encuentros por el Artículo 159 como lo sería el espacio de cualquier mercado o feria libre, que es un espacio que articula y planifica el encuentro común de convivencia y ejercicio de los derechos culturales, la memoria, la interculturalidad y la circulación de bienes ¿O me equivoco en mi interpretación de la ley…? Múltiples y variadas son las incongruencias de esta Ley. La Cinemateca Nacional, memoria de un nosotros, el cine, es reducida por mandato de ley a ser un simple depositario de imágenes que deambula en un limbo institucional. La Ley de Cine, alcanzada luego de 33 años de luchas de los cineastas, fue derogada como consecuencia de esta Ley Orgánica de Cultura, siendo un retroceso histórico para el arte en el Ecuador. El nuevo marco legal elimina cualquier visión de independencia en la generación de recursos propios como también en los espacios de decisión, y asegura la total dependencia del cine ecuatoriano y su nueva instancia de fomento y promoción el “Instituto de Cine y Creación Audiovisual”, al Ministerio de Cultura y a su lenta y espesa burocracia. Hacer del ministerio el rector absoluto del quehacer cultural es la esencia de la Ley Orgánica de Cultura. Los valores espirituales de la cultura, aquellos que son fundamento en la vida de un pueblo, la tierra y su entorno, la naturaleza y su geografía, el nosotros como minga, la paz como camino del hablar y tocar al otro que nos habita, los otros nosotros que nos hacen, todos estos valores propios de nuestras culturas son ignorados, no existen ni en los considerandos de la ley.

Artículo publicado originalmente en PLAN V:

http://www.planv.com.ec/ideas/ideas/cultura-el-reves-la-decada-ganada

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