Mega-obras para mega-corrupción

El presente editorial comenta extractos de la carta abierta dirigida por Esperanza Martínez al Vicepresidente Jorge Glas y publicada en la página de Acción Ecológica (http://www.accionecologica.org/). En su carta Martínez dice: «A finales del 2014, en concordancia con un estilo de gobierno autoritario, machista y descalificador, usted me declaró -la mentirosa del año-. Es irónico recordarlo a la luz del momento actual. Yo nunca mentí, señor Glas, y, en cambio, ahora vemos cuántas mentiras construían quienes nos descalificaban e insultaban” “Escribo esta carta porque, más allá de lo legítimo y necesario que supone este momento en que se denuncia la corrupción, no podemos de dejar de mirar las secuelas que dejan esos proyectos en donde se pidieron coimas, se negociaron beneficios particulares o existieron sobreprecios” “Gran parte de la corrupción involucra negocios petroleros. Sus socios, amigos y compañeros, ahora señalados en los casos de corrupción, jugaron un papel central en promover y justificar la explotación del Yasuní, razón por la que usted me sentenció: por denunciar la construcción de una carretera en el Yasuní, que en su fase de desbroce llegó a tener un derecho de vía de 65m de ancho, hecho comprobado con fotos satelitales que en su momento cité». Y agrega «se nos arrebataron las firmas recogidas una a una en las calles de todo el país demandando una consulta popular para decidir si se explotaba o no el Yasuní” “La trama de corrupción explica la velocidad y la agresividad con que se impusieron esos proyectos, y es que las mega obras no solo provocan mega impactos, sino que son el escenario perfecto para la corrupción:» y agrega: «Tras la corrupción hay proyectos que lastiman territorios, naturalezas y pueblos, y recordarle que, a la indignación de lo usurpado debemos sumar el dolor por las naturalezas destruidas, y la solidaridad con los pueblos que la sufren” Lo dicho por Martínez revela como los famosos derechos de la naturaleza quedaron solamente en el papel, escritos en la Constitución, pero no para ponerlos en práctica. Se montó un enorme espectáculo a nivel mundial para dizque dejar el petróleo bajo tierra en el Yasuní a cambio de recursos económicos y cuando apenas se alcanzó una pequeña parte de lo esperado, se dijo que el mundo le había fallado al Ecuador. A la explotación del Yasuní, se suman muchos otros proyectos y mega-obras que han tenido impactos graves sobre el medio ambiente, la lista es muy larga. Lo peor de todo ha sido que el principal objetivo de esos mega-proyectos no ha sido mejorar la vida de la gente sino permitir a una mafia enquistada en el gobierno embolsicarse millones de dólares y además, mediante un hábil manejo clientelar y de propaganda, tener boquiabiertos a muchos ecuatorianos.

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