Varios grupos de personas en países de Latinoamérica han empezado una campaña desinformativa, que distorsiona los puntos centrales de reformas legales que se quieren realizar en pro de la igualdad basada en motivos de sexo o género. En Ecuador y otros países dicho movimiento se cobija en redes sociales con la etiqueta #ConMisHijosNoTeMetas
En el país dicho movimiento quiere boicotear parte del proyecto de ley orgánica para la erradicación de la violencia de género contra las mujeres. Usando falacias y tergiversaciones ha convocado marchas en Quito y Guayaquil “para defender a la familia”. Se aprovechan de los sentimientos de las personas y de su desinformación para que marchen, pero sin saber en verdad por qué; alimentan con odio e intolerancia una lucha contra “algo” que supuestamente va a acabar con la sociedad. En específico, se oponen a implementar un Programa Nacional de Incorporación del Enfoque de Género en las mallas curriculares del sistema de educación formal y no formal.
Empecemos por definir “enfoque de género”: según la FAO, “El enfoque de género considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los distintos papeles que socialmente se les asignan. (…) Género se relaciona con todos los aspectos de la vida económica y social, cotidiana y privada de los individuos y determina características y funciones dependiendo del sexo o de la percepción que la sociedad tiene de él”.
Esto en pocas palabras, lo que en verdad implicaría es incluir en los programas de educación cosas como: explicar qué es la discriminación, cómo se le ha discriminado históricamente a la mujer y por qué eso está mal, por qué hombres y mujeres deben ser tratados iguales ante la ley, por qué está mal violentar a las mujeres, cuáles son las consecuencias en lo privado y en lo público de que las mujeres y hombres tengan iguales oportunidades, por qué está mal pegar y violar, por qué está mal pagar menos por hacer el mismo trabajo, por qué está bien embarazarse y también no hacerlo, por qué las mujeres (y los hombres) no deben ser tratadas como objetos, entre otras cosas que deberían incluirse en la educación en un ESTADO LAICO.
El movimiento #ConMisHijosNoTeMetas aprovecha la coyuntura para confundir, desinformar y atacar sin razón argumentada y juiciosa, un proyecto de ley que aunque aún debe madurar, es el primer paso hacia una sociedad ecuatoriana más igualitaria.
Si se toma la cifra de 49303 casos de violencia de género, intrafamiliar, sexual y de maltrato infantil atendidos hasta septiembre del presente año solo en Quito, es posible hacerse una idea de la urgencia de contar con una educación que enseñe a “no pegar”, a “no violar”, a “respetar a la mujer”, y a tratarnos todos y todas como seres humanos sin importar nuestras diferencias.