Respeto a la decisión de la madre en relación con el alumbramiento

Por: Ruth Ruales, Coordinadora Política de Mujeres del Carchi

El parto humanizado es una práctica que volvió a las casas de salud de la provincia del Carchi, el Hospital Luis Dávila de Tulcán y el Hospital Básico de San Gabriel la promueven.
El parto tradicional humanizado (PPH) es una propuesta integral que reconoce las formas culturales de alumbramiento dentro de una institución pública de salud. El parto tradicional humanizado, o parto vertical, se desarrolla en un ambiente cálido, cómodo e íntimo en el que la mujer puede elegir la alimentación y bebida que desee, respetando los ritos y costumbres de su localidad. Tiene libertad de movimiento durante la labor y elige la postura para dar a luz.
El parto y nacimiento respetuoso brinda un desarrollo emocional y físico tanto a la madre como al hijo, además disminuye complicaciones como hemorragias y partos prolongados, menor uso de medicamentos y mejora el vínculo afectivo entre madre y bebé. Los derechos del recién nacido son garantizados mediante el denominado apego precoz, lactancia inmediata y corte del cordón umbilical.
La experta del parto humanizado, Verónica De La Vega, indicó que esta práctica permite que la mujer se sienta protagonista, empoderada, la incentiva a confiar en su cuerpo y e n su capacidad natural de dar a luz.
En esta casa de salud hay un promedio de 25 a 30 nacimientos al mes, de los cuales tres madres gestantes optan por el parto humanizado. No obstante, las dos casas de salud cuentan con las salas normales para el parto tradicional, el cual se realiza en una camilla ginecológica totalmente adecuada.

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