De panfletos y mentiras virales

Anda circulando por Whatsappy redes sociales un panfleto anónimo con amenazas de empezar un proceso de “limpieza social” de ladrones, consumidores de drogas, prostitutas, entre otros, pero se trata solo de un rimbombante nombre para ocultar la verdad: ejecuciones extrajudiciales en masa. Estos homicidios se suelen disfrazar con el traje de la “justicia por propia mano”, pero como dijo un fiscal ecuatoriano hace varios años “No se puede combatir el delito con otro delito”.

Pero vamos por partes a entender este hecho: en primer lugar, se trata de una noticia viral falsa que anda rondando por Whatsappy redes sociales, pues este hecho fue reportado en enero de este año en Venezuela por varios medios de comunicación del estado Táchira, y no es un suceso de la realidad ecuatoriana. Segundo, cada vez que a nuestros teléfonos o computadores llegan este tipo de contenidos debemos parar y no compartirlos de forma irreflexiva. En tercer lugar, conviene tomar unos minutos para entrar a Internet y verificar las veracidad de estos contenidos, pues por lo general se trata de hechos pasados, falsos, o cuando menos incompletos. Por último, si luego de hacer esta búsqueda estamos seguros de que el contenido es genuino y útil, podremos decidir si es importante compartirlo, a quién hacerlo, y sobre todo, la forma de hacerlo, pues de lo contrario seremos parte del problema y no de la solución, pues estaremos sembrando pánico y desinformación.

Ahora bien, regresemos al asunto de los homicidios y la justicia por mano propia. Si bien es una noticia viral falsa para el Ecuador, no fue una cuestión sin importancia en el Táchira. Estos panfletos son una de las muestras más atroces de desprecio por la vida humana, incluso la de las personas más “despreciables” de una sociedad, por lo que condenamos enérgicamente la forma en que se sataniza a estas personas y se invita a emprender una cruzada violenta que acabe con sus vidas.

Ecuador es un país que cree en las segundas oportunidades y por ello basa su sistema penitenciario en la rehabilitación, y aunque falte mucho camino por recorrer para que ello sea una realidad, nada, absolutamente nada justifica estas cruzadas de odio, ni aquí ni en otros países. Y si queremos ahondar más aún en la cuestión, además de la ilegalidad de esta conducta, la falta de respuesta ciudadana es cuando menos antiética, pues la “gente buena” que vea con “buenos ojos” este proceso es cómplice silenciosa de los asesinos.

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