Mauro Toscanini renunció al cargo de ministro del Interior este lunes 3 de septiembre, su labor de cuatro meses fue negativa y sus acciones cuestionables. Nos referiremos a algunos hechos puntuales además de la reciente ejecución extrajudicial de un afroecuatoriano en Mascarilla.
Toscanini asumió su cargo luego de que el anterior ministro del interior no manejará adecuadamente el secuestro y asesinato de tres periodistas y posteriormente del secuestro y muerte de otras dos personas dedicadas al comercio. Todos estos crímenes siguen impunes, esto sumado a que alias “Guacho” y “El Frente Oliver Sinisterra” siguen operando criminalmente en la frontera colombo-ecuatoriana, fue evidente entre múltiples errores, el manejo de la situación solo desde un punto de vista conflictivo y la notoria falta de comunicación y cooperación entre el gobierno colombiano y el ecuatoriano.
Una niña de 12 años fue secuestrada en su escuela por hombres armados, luego de un mes del hecho y ante la presión social por la falta de respuesta del gobierno, Toscanini dijo ante la prensa que quien se llevó a la niña fue un adulto con quien la chica tenía una relación de pareja y de quien esperaba un hijo. De esa manera el exministro resto importancia a un secuestro y violación de una niña al entenderlo como un conflicto de pareja. El desconocimiento de Toscanini respecto a la norma penal fue mayúsculo, además el poco tacto con el que se refirió al asunto, reflejó su ignorancia acerca de derechos, género y niñez, esto por no decir su falta de sensibilidad y empatía.
Venezuela se encuentra varios años sumida en una crisis que se agrava día a día, cientos de miles de venezolanos han buscado refugio en países vecinos, ante esta problemática, la respuesta del gobierno abanderada por Toscanini, fue la exigencia del pasaporte a quienes entren a nuestras fronteras, esto a sabiendas que conseguir un pasaporte en Venezuela es algo casi imposible por el dinero y tiempo que conlleva.
El exministro no supo entender que los venezolanos no vienen de turismo, sino que buscan salvar sus vidas y las de sus familias y que el trayecto hacia la libertad lo han hecho en condiciones desesperadas e inhumanas. Pese a esto primó una visión xenófoba y securistista, además de inconstitucional y legal, pues nuestra legislación habla de ciudadanía universal y la libre entrada de ciudadanos latinoamericanos. No contento con la exigencia del pasaporte, al declararse la ilegitimidad de dicha medida, desacatando una resolución judicial, exigió más requisitos imposibles de cumplir para cualquier refugiado. Ante el cuestionamiento sobre la legalidad del actuar de Toscanini, respondió que no conoce mucho de leyes, que no es abogado.
Toscanini al abandonar el cargo dijo que se debía a la altura de Quito y el desgastante trabajo como ministro, es decir no reconoció ningún error o una mínima responsabilidad, de hecho, dijo que se va en buenos términos y con múltiples logros, que incluso el presidente le ofreció una embajada y que él la rechazo. En conclusión, Toscanini se va por no estar a la altura de su cargo, por no dar la talla para una labor que exige conocimientos, compromiso y sensibilidad. Esperemos tener más suerte con la nueva ministra.