Mariela tenía trece años, discapacidad mental, y quedó embarazada después del abuso sexual sistemático por parte de un hombre cercano a su hogar. A pesar de que en Ecuador el aborto es legal en casos de violación como la que ella sufrió, no pudo acceder al procedimiento médico por falta de políticas estatales. A Mariela el embarazo le provocó una anemia severa y la pérdida completa de su dentadura.
Mariela tenía un alto riesgo en su salud y discapacidad, únicas causales admitidas actualmente para abortar según la normativa penal, a pesar eso, no tuvo otra opción que continuar con el embarazo. A los nueve meses ingresó al hospital con un dolor fuerte. Los médicos verificaron que el feto había muerto dentro de su cuerpo. Mariela, a sus trece años, delgada y de estatura baja, fue obligada a parir el feto muerto vía vaginal. Ella no hubiera enfrentado el riesgo de cárcel, pero nunca tuvo en verdad la opción de terminar un injusto embarazo, porque en Ecuador ninguna niña o mujer violada tiene dicha opción.
Alrededor de 2000 niñas, con y sin discapacidad son violadas y obligadas todos los años en el país a continuar con embarazos que pueden matarlas, o que en el mejor de los casos las dejarán con daños psicológicos y físicos de por vida, además de que la maternidad forzada les impedirá imaginar y realizar un proyecto de vida con libertad.
Es por eso, por las miles de niñas de entre 10 y 14 años que aún son violentadas de nuevo por las instituciones del Estado ecuatoriano, que se reabrió el debate sobre la despenalización del aborto en 5 casos más: (i) violación en todos los casos sin distinguir si la mujer es o no incapaz, (ii) incesto, (iii) estupro, (iv) por inseminación no consentida y (v) en caso de malformación del feto que hace inviable su vida.
No está siquiera puesta en el escenario la posibilidad de despenalizar que mujeres adultas sin discapacidad interrumpan embarazos por otras razones, aún no se está debatiendo la completa despenalización. Así que por un momento póngase en los zapatos de las 6 niñas abusadas que a diario dan a luz en el país, piense en toda la violencia sexual que vivieron, recuerde toda la discriminación y rechazo que han sufrido desde corta edad, imagine la pobreza y limitaciones con que viven y seguirán viviendo… ¿sería usted capaz de enviarles a la cárcel?