Los recientes acontecimientos en el país sobre la explotación minera a gran escala en ecosistemas protegidos, y los mismos problemas en el país vecino al norte, solo son un par de ejemplos nos dan a pensar que las decisiones políticas y económicas de nuestros gobernantes son tomadas con una completa falta de visión de largo plazo y sensatez con respecto al destino de nuestra casa, el planeta tierra.
La sobreexplotación de recursos naturales ha puesto en peligro la vida tanto de especies vegetales y animales, en especial las endémicas, como la de sus habitantes humanos. La minería y explotación petrolera siempre dejan devastación de la vida natural por donde pasan, sin importar “cuán responsablemente se realicen”. Los modos de vida impuestos artificialmente por el mandato consumista son insaciables y son los directos
responsables de prácticas tan nocivas como fracking, los monocultivos y el exceso de “chatarra electrónica”. Estamos poniendo en riesgo nuestro hogar solo por estar a la moda.
Pero esa es solo una de las caras de la moneda, la otra se llama “progreso
económico”.Ese que los medios de comunicación nos presentan de forma sesgada refiriéndose solamente a su producción, no a su distribución y de lo que nunca jamás le hablarán es de su acumulación en manos de solo unos pocos privilegiados.
Los noticieros nos bombardean desde tempranas horas de la mañana, nos presentan en desfile a toda una serie de personas expertas que nos alertan sobre los terribles peligros que sufre la economía como “asustar a la inversión extranjera” y el “déficit fiscal”, pero no nos presentan a nadie que nos hable sobre losreales, irreversibles y de verdad
terribles peligros como que los pesticidas tengan en riesgo de extinción a las abejas, que las emisiones de CO2 siguen aumentando y el calentamiento global está peor, que los gases de los motores diésel (esos que usan los buses), nos puede producir cáncer de pulmón, que explotar recursos minerales puede dejarnos sin agua apta para consumo
humano, y que tenemos 9 años y medio para poner remedio a la debacle ecológica si queremos tener un planeta en dónde vivir en los próximos 30 años.
Entendemos que los problemas económicos son también motivo de preocupación, pero es necesario priorizar lo importante y no lo urgente. Como dice el proverbio de los nativos norteamericanos Chippewa-cree: “Cuando el último árbol sea cortado, el ultimo río envenenado, el último pez pescado, sólo entonces, el hombre descubrirá que el dinero no se come”.