Este editorial podría centrase únicamente en contarles a nuestros lectores y radioescuchas el aterrador escenario respecto a los incendios en la Amazonía, escenario extremadamente preocupante que atenta contra la propia sobrevivencia de la especie humana, la supervivencia directa de los 400 grupos indígenas que ahí habitan y las más de 6.000 especies de animales y más de 40.000 especies de plantas que alberga la Amazonía. Podríamos contarles datos como los siguientes:
– En lo que va del año 2019 la Amazonía ha sufrido más de 80.000 incendios, más de un 83% más que en el mismo período en el 2018.
– Al día de hoy existen miles de incendios activos en la Amazonía, el país más afectado es Brasil pero la devastación rebaza sus fronteras, las regiones amazónicas de Bolivia, Paraguay, Colombia y Perú han sido también severamente afectadas.
– Uno solo de los incendios ha afectado 600.000 hectáreas en el territorio paraguayo y boliviano.
– Entre los daños ambientales globales más preocupantes se encuentran las emisiones más altas de monóxido de carbono de la historia humana y una afectación permanente al clima de nuestro planeta, eso en lo global, el pulmón de la humanidad se está quemando. En lo local y regional, las especies vegetales y animales calcinadas, las que perdieron su ecosistema y ambientes de desarrollo, las que sufren sequía son incontables, basta ver las fotos y videos para apenas percibir una ínfima porción del sufrimiento.
– Diversos estudios señalan que solamente los daños producidos por los incendios en el año 2019 implican que el ecosistema de Amazonía no podrá recuperarse del flagelo sino en al menos 200 años. Los daños también implican la extinción permanente e irreversible de innumerables especies animales y vegetales.
Pero este editorial no se encuentra dirigido solamente a contarle esto, sino que pretende contarle que lo ocurrido tiene responsables, que la gran mayoría de los incendios fueron directa o indirectamente provocados, que el apocalipsis que se está produciendo responde a planes presidenciales, políticas empresariales, y contarles además que las soluciones a este ecocidio tampoco se han implementado debido a agendas políticas y económicas.
Trump en los Estados Unidos, Boris Johnson en el Reino Unido y Bolsonaro en Brasil comparten con muchos otros políticos una especial responsabilidad en la tragedia. Son políticos que piensan que el cambio climático no existe, que tampoco creen en la ciencia. Son gobernantes que están convencido que el desarrollo y el bienestar humano solamente se pueden medir en términos económicos, en producción nacional y producto interno bruto. Son ellos quienes creen que las especies vegetales y animales no son seres vivos sino meros recursos a ser utilizados en la industria, el comercio y el mercado, son ellos también quienes quieren aniquilar a los pueblos indígenas porque les estorban en sus propósitos. Todos ellos son quienes entienden que el Capitalismo no debe estar limitado por ningún tipo de regulación o norma y menos sujeto a responsabilidades.
SON ELLOS, unos monstruos que terminarán por hacer que nos extingamos, y junto a nosotros medio planeta. Pero SOMOS NOSOTROS quienes los elegimos con nuestro voto y eso nos hace igual de monstruosos y responsables de lo que está ocurriendo y ocurrirá. Quizá ya no tengamos tiempo para recapacitar y cambiar de rumbo, es necesario hacerlo YA.