Para los campesinos de Cotopaxi es prioritario cuidar la vida y garantizar la alimentación

Por: Maritza Salazar, PRODH Cotopaxi

Durante el aislamiento social que obligó la pandemia por el COVID19, muchas personas nunca dejaron de trabajar. Los campesinos, en la Sierra como en el Subtrópico, mantienen el cuidado de sus cultivos y durante estas semanas han recuperado las prácticas ancestrales como compartir e intercambiar.

En Cotopaxi, los productos subtropicales como el verde, maduro, yuca, naranja y limón se intercambiaron por los productos serranos como las papas, mellocos, choclos, cebolla. A través de la organización y con el apoyo logístico de la Prefectura de Cotopaxi, cada semana se realizan los intercambios como una manera de garantizar la alimentación de las poblaciones empobrecidas de la provincia.

Los productores de los recintos de La Maná y Pangua semanalmente envían los productos de sus fincas hacia las comunidades indígenas de Latacunga, Salcedo, Pujilí y Saquisilí, de donde regresan las volquetas llenas de productos de intercambios. Durante estos dos meses de cuarentena se ha logrado establecer una tabla de valoración de cada producto para el intercambio, con el objetivo de eliminar la intermediación que se aprovecha de los productores y los consumidores con precios demasiado altos por los alimentos.

Esta experiencia entre los campesinos de la Sierra y el Subtrópico se ha convertido en la única forma para que muchas familias tengan acceso a los alimentos, en momentos que está limitada la comercialización y la circulación del dinero. El intercambio, trueque o randi-randi, valores de las culturas ancestrales, sigue estando vigente para garantizar la vida de los pueblos.