Perder la vida en la lucha por los derechos

Durante el levantamiento indígena ocurrido en octubre de 2019 en Ecuador, el Estado
violentó los derechos de los pueblos indígenas aplicando una fuerza desmedida que acabó con la vida de varias personas, entre ellos, Segundo Inocencio Tucumbi, padre de Gustavo Tucumbi, quien comparte su historia. Su padre, murió el miércoles 9 de octubre de 2019 en medio del paro nacional del Ecuador. Una de las protestas más grandes de los últimos años.

Según indica Gustavo, “no pasaron ni cinco minutos cuando perdimos comunicación con mi padre, él desapareció en medio de tanto bombardeo, de tanto atropello, hasta con caballos, perros y motos. Desapareció, en la mitad de tanto bombardeo y cuando ya nos dimos cuenta, estaba en el hospital y sin vida”.

Segundo Inocencio Tucumbi tenía 50 años y siete hijos. Vivía, junto con su familia, en
Juigua Yacubamba, una comunidad de Pujilí. Era un hombre que se caracterizaba por
organizar a los jóvenes y a la gente de su comunidad; su única intención de participar en el levantamiento fue tomar las calles pacíficamente y manifestar que se respeten sus derechos.

El lunes 5 de octubre, aproximadamente 79 miembros de la comunidad viajaron con
Inocencio a Quito para exigir que se elimine el decreto, pero también pedían reformas políticas y justicia social. Junto a ellos, llegaron más de 15.000 indígenas de todo el país para protestar de forma pacífica. Entre hombres, ancianos, mujeres y niños.

Los primeros días transcurrieron de manera pacífica, hasta que fueron atacados por la fuerza pública y tuvieron que defenderse o escapar y refugiarse en zonas de paz como algunas universidades. Sin embargo, el miércoles fueron atacados a las afueras de la
Asamblea Nacional por los policías montados a caballos y bombas. Los indígenas se retiraron a los albergues antes de iniciar el toque de queda, pero “vino la última fuerza a barrer con todo y atropellaron a lo que más pudieron”, manifiesta Gustavo.

Entre las personas afectadas estaba Inocencio, quien fue transferido al Hospital Eugenio
Espejo con heridas muy graves, hasta que una segunda llamada de los médicos finalmente confirmó que Inocencio había fallecido. Debido al toque de queda, los familiares tuvieron que ir a reconocer el cuerpo en la madrugada del otro día.
“Solamente quería salir y gritar que “por favor se haga justicia”, solamente quería que el señor gobernador dé la cara, si no debía nada, como dice (…) pues se daría la cara y se hubiera solucionado todo esto antes de que pasara, pero él nunca fue capaz de dar la cara y solucionar con brevedad, o responder al pueblo, o a dialogar, simplemente vimos como se escondía y en medio de eso sufrimos mucho atropello”, expresa Gustavo ante ese momento tan difícil y doloroso.

La ministra de gobierno, María Paula Romo, durante una entrevista manifiesta que la muerte de Inocencio fue un accidente, sin embargo debido a la gravedad de la lesión en la cabeza era obvio que no podía ser causada por una caída.

Hasta ahora no se ha hecho justicia con la muerte de Inocencio Tucumbi junto a los otros nueve muertos más que dejó el paro de octubre. Según el informe de Derechos Humanos, el uso desproporcionado y arbitrario de la fuerza policial además dejó 1.340 heridos y 1.330 arrestos en todo el país. El Estado ecuatoriano hasta ahora no se ha responsabilizado.