Testimonios de esperanza de mujeres sobrevivientes de la violencia en Cotopaxi

Maritza Salazar, PRODH Cotopaxi

Durante el 2020 fue evidente que para muchas mujeres, niños, niñas y adolescentes el hogar no es un lugar seguro para vivir, la amenaza de la violencia no está en solo en las calles sino y sobre todo en los espacios más privados de las personas. La violencia contra las mujeres nos ha dejado un saldo doloroso e indignante de 101 femicidios en el país, a pesar del confinamiento por la pandemia.

Frente a esta realidad injusta e injustificable el sistema de protección de derechos en el país insta a la creación de Casas de Acogimiento, en la provincia de Cotopaxi. A través de una alianza entre la Prefectura y el GAD Municipal de Salcedo, funciona desde hace tres años la Casa de Acogida Cotopaxi, la que brinda acogimiento, asesoría legal, atención psicológica y de trabajo social para atender a mujeres y sus dependientes en el objetivo de sobrevivir a la violencia y crear un nuevo plan de vida.

Durante la semana pasada, en un pequeño encuentro para celebrar la navidad, las mujeres acogidas dieron sus testimonios de vida que los compartimos hoy para demostrar que siempre hay esperanza.

“Estaba en un círculo vicioso de violencia psicológica, pero aquí me abrieron las puertas y me está yendo bien. Desde que llegué acá estoy avanzando poco a poco en mi trabajo y también en mi salud. Antes de llegar acá yo no era nadie, era una persona pisoteada, como muchas otras mujeres. Vine acá (a la Casa de Acogida Cotopaxi) y encontré paz y tranquilidad en primer lugar; en segundo lugar, estoy recuperando a mis hijos poco a poco. Mi hija recién vino a vivir conmigo porque el papá me la quitó, y es una felicidad grande que tengo, quiero que ella siga estudiando. Gracias a las  personas de la casa he podido recuperar a mi hija, eso es algo grande para mí”. 

“Tengo un hijo de dos meses y estoy agradecida de estar aquí, porque si no fuera por la ayuda de estas personas yo viviría en la calle, en un mundo lleno de drogas y alcohol. Mi hijo tiene un techo, un lugar donde pasar calientito esta navidad”.

Junto a la fortaleza de las mujeres que luchan todos los días por salir del círculo de la violencia les enviamos nuestro saludo de esperanza, de unidad y el deseo de salud y prosperidad para el próximo año.