Las elecciones de las autoridades de la Asamblea cambiaron de rumbo el día mismo en que se llevaron a cabo. Había un acuerdo entre UNES, el PSC y CREO, que llevaría a la presidencia a un socialcristiano, en este caso Henry Kronfle. Sin embargo, CREO se echó para atrás y dicho candidato alcanzó 68 votos, 2 menos de los necesarios para lograr la presidencia. Luego se propusieron otros nombres que tampoco alcanzaron el apoyo necesario.
La votación fue postergada para el día siguiente. Ahí la asambleísta de Pachakutik, Guadalupe Llori obtuvo 71 votos y se convirtió en la primera mujer de una provincia amazónica en llegar a esa dignidad. Resulta muy significativo que una mujer que fue prefecta reelecta de Orellana, perseguida y encarcelada bajo la acusación de terrorismo durante el correísmo por haber exigido derechos para su pueblo haya ganado la presidencia de la Asamblea.
El rechazo manifiesto de gran parte de la ciudadanía y de medios de comunicación a la alianza UNES, PSC y CREO, en que los votos del correísmo se iban a negociar a cambio de la impunidad para los sentenciados como Rafael Correa y la libertad para Jorge Glas (incluyendo una mal llamada comisión de la verdad que nada tenía que ver con derechos humanos) resultó una manobra demasiado burda. cínica y maquiavélica. Esto la hubiera significado al gobierno de Lasso empezar su mandato con el rechazo de buena parte de la ciudadanía, incluso de muchos que votaron por él. Pesó más el rechazo a unirse con el correísmo que la misma alianza con los socialcristianos que luego de la falta de apoyo de CREO en la votación dieron por terminado el acuerdo que estaba vigente desde el inicio de las elecciones presidenciales.
Si bien el apoyo de CREO para que Llori alcance la presidencia de la Asamblea busca darle gobernabilidad al régimen de Lasso las notables diferencias ideológicas con Pachakutik e incluso con la Izquierda Democrática hacen que los acuerdos en varios temas sean muy difíciles.
La minería, reforma tributaria, acuerdos de libre comercio y privatizaciones pintan como temas muy conflictivos. La capacidad de negociación del gobierno con la Asamblea será puesta a prueba desde su inicio y es previsible que en temas espinosos como los señalados no se logran consensos y de no ceder posiciones, aunque sea parcialmente, CREO no alcanzará el apoyo de los dos partidos indicados y es presumible que tampoco tendrán el respaldo de UNES, ni de sus exaliados del PSC.
El gobierno de Lasso tendrá el enorme desafío de aceptar algunas demandas populares y dejar de lado, aunque sea en parte, la defensa de los intereses de las clases dominantes y de los organismos multilaterales para poder tener gobernabilidad y apoyo, caso contrario los conflictos en la Asamblea y en la sociedad puede ir escalando hasta alcanzar magnitudes impredecibles.