El 28 de mayo de 1987 se instituyó el “Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer” con el objetivo de concientizar sobre las diversas causas de enfermedad y muerte que afectan a las mujeres y de esta manera, reafirmar el derecho a la salud como un derecho humano de todas las mujeres sin distinción, así como intentar superar las prácticas que perjudiquen su salud.
El derecho a la salud está consagrado por el Sistema Internacional de Derechos Humanos por medio de la Declaración Universal de Derechos Humanos. La salud integral para las mujeres no es un simple hecho biológico, sino que viene determinado por el acceso a una vida digna, a recursos materiales, a igualdad de oportunidades y a estar exentas de todo tipo de violencia (física, psicológica, sexual o patrimonial). Por ello las desigualdades sociales en el mundo tienen efectos brutales en las mujeres de los países pobres, donde ocurre el 99% de las muertes maternas.
La salud de las mujeres se ve influida de manera definitiva por factores sociales y económicos como el acceso a la educación, a la vivienda, un trabajo en condiciones adecuadas, a servicios públicos de salud, seguridad social y el nivel de ingresos. En un país, las familias más pudientes tienen menor mortalidad que las familias más pobres y una esperanza de vida mayor. En países muy desiguales como los de América Latina la diferencia de la esperanza entre los más ricos y los más pobres puede ser mayor a 10 años.
La salud de las mujeres en edad reproductiva (de 15 a 49 años) no solo es importante para ellas, sino que tiene repercusiones en la siguiente generación. La principal causa de muerte de las mujeres en edad reproductiva sigue siendo el sida. Los problemas en el embarazo y el parto son la principal causa de muerte de las mujeres entre 15 y 19 años en los países en vías de desarrollo, entre estos se encuentra el Ecuador.
El reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres como derechos humanos se vuelve absolutamente esencial para la salud de las mujeres, incluida la opción al aborto libre, en esto el Ecuador apenas ha dado un primer paso con dejar de criminalizar el aborto producto de una violación. Nuestro país en este y en muchos otros aspectos se encuentra en deuda con la salud de las mujeres.
Como bien lo señala el informe Las mujeres y la salud de la Organización Mundial de la Salud: “Mejorar la salud de las mujeres es importante para ellas, sus familias y la comunidad en general. Mejorar la salud de las mujeres es mejorar el mundo.”