Vacune a su guagua, no crea en cucos, cuentos chimbos y supersticiones

Según la sabiduría popular: “Hechos son amores y no buenas razones” y esta expresión cobra más relevancia por estos días en que las niñas y niños deben recibir la vacuna contra la Covid-19. Es importante que nuestras dudas de adultos no pongan en riesgo su salud y que con un hecho muy concreto, llevarles a vacunar, demostremos que en verdad les queremos y nos importan.

La Unicef y otros organismos gubernamentales han enfatizado en la importancia de la vacunación y se han encargado de desmitificar o desmontar falsas creencias alrededor de este proceso tan importante. Veamos pues algunos de estos y la verdad:

Mito 1. Las vacunas no son necesarias para todas las niñas y niños. 

Verdad: Las enfermedades NO diferencian la capacidad económica, nacionalidad, color de piel, ni cualquier otra circunstancia. Estas atacan por igual a la infancia y son especialmente peligrosas para quienes no han recibido las vacunas y refuerzos respectivos.

Mito 2. La vacunación es innecesaria y no tiene efectos.

Verdad. Vivimos en sociedades y comunidades cada vez más intercomunicadas y salvo que vivamos como ermitaños, nuestras decisiones SÍ afectan a las demás personas, inclusive si se trata solo de nuestro entorno familiar. Muchos padres sostienen que sus niños nunca se han enfermado y que nunca han necesitado vacunas, pero esto solo es posible porque los demás niños con quienes se relacionan se encuentran protegidos. Creer que las vacunas no funcionan solo es egoísta e irresponsable. 

Mito 3. Las vacunas son tóxicas y antinaturales.

Verdad. Las vacunas contienen componentes seguros y se basan en estudios de muchos años de investigación. La información falsa que ha circulado alrededor de su composición y elaboración es más bien lo que es inseguro. No sea el mejor amigo del miedo, sea el mejor amigo de su salud y de la de sus hijas e hijos. Para hacer una analogía, usted quizás no sabe cómo funciona el WiFi pero no por ello lo acusa de antinatural y lo deja de usar.

Mito 4. Las vacunas causan otras enfermedades en el largo plazo o incluso la muerte.

Verdad. No vacunarse es lo que en verdad causa esto. Tenga en cuenta que ya fue desmentido el estudio de Andrew Wakefield, quien perdió su licencia de médica por el irresponsable artículo que dio fuerza al movimiento antivacunas. Las vacunas han salvado la vida de millones de niñas y niños en el mundo. Pero, además, les permitirán llegar a la edad adulta sin sobresaltos y con más opciones de poder desarrollar su plan de vida. No le niegue la oportunidad de vivir y crecer con salud. 

Demuéstrele a sus hijas e hijos su amor. Saque un poco de su tiempo, dele la importancia que merece y lléveles al centro de salud más cercano. Las vacunas no tienen precio, pero son invaluables.