PRODH
Testimonios sobre el desalojo violento de tierras agrícolas de que fueron objeto 44 familias
campesinas, sin recibir por ello medidas compensatorias. A través de este mecanismo, el Estado
promueve el enfrentamiento entre organizaciones campesinas, y así atenta contra su derecho de
asociación.
“Yo la conocía y aquí me enamoré de ella porque yo soy de Palestina y vine con el pastor
evangélico. El pastor me presenta a la hermana que está simpaticona (se ríen) me enamoré de ella y comencé a venir acá”. Él es Enzo, esposo de Gladys, ambos tienen una familia con cuatro hijos y vivían tranquilamente en su casa en Colimes, en la provincia del Guayas, pero el 11 de diciembre del año 2015 todo cambió para ellos. “Era como las 10 u 11 de la mañana, llegaron a mi casa, llamaron, yo me resistía y no quería salir. Mi hija me dijo que vaya porque nos van a desalojar.
Entonces nos dijeron si ustedes se oponen les quitamos a sus hijos, se van presos y (los niños) se
van a la DINAPEN y ustedes no van a saber jamás de ellos”. “Miren ustedes la astucia de ellos. Tanto policía sólo para una sola casa y como si fuéramos narcotraficantes, o qué sé yo, y con tanta prepotencia. Cogieron combos contra mi partecita de abajo que era de bloque, el piso era de cemento. Comenzaron a darle combo todito, tumbando las tablas. Los demás continuaron sacando las tablas, cortando los estantes, sacando a mis animales.
Yo tenía unos pavitos, un chanchito, los animalitos me los mataron, ahí aplastados (…) aplastados
los animales contra el cemento”.
Gladys y Enzo son parte de las 44 familias de la asociación de montubios, ASOMAC, que fueron
desalojadas de forma ilegal por parte del Estado ecuatoriano.
“Vino este desalojo que nos truncó la vida”. “Ellos no tuvieron el corazón de decir por lo menos:
“oye, le doy un tiempo para que salga y si durante ese tiempo no sale optamos por tumbar tu casa.
No, esto no fue nunca fue avisado. Nunca nos advirtieron. Nunca llegó un documento o alguien a
tocar el cuarto y decir: “ustedes, si en 15 días no sale de la casa la voy a tumbar”.
“Imagínense, donde nosotros teníamos nuestro negocio que trabajábamos se desbarató, era un
sembrío de puras frutas, era un frutal grande porque mi éxito era que esa fruta me alimente a mi
familia y tenga para vender y así se alimenta a otras personas”.
La Asociación de Montubios Autónomos de Colimes, ASOMAC, como se la conoce, presentó una
demanda en el año 2016 y ganaron el juicio, a pesar de eso, el Estado no les ha devuelto las tierras que les corresponden.
Las 44 familias afectadas pasaron la navidad del 2015 en casas prestadas y muchos a la intemperie sorteando lluvias y lodazales, cuidando a sus hijos y abuelos. Estas personas siguen esperando que se haga justicia.
“(…) Que esto no se quede así, por así, que (…) nuestras voces sean oídas lo que pasó. Ellos, las
personas que hicieron esto (…) ellos se den cuenta que lo hicieron mal (…) que dañaron muchas
vidas, muchos corazones de los niños, muchas alegrías que había en ellos se les troncó”.
Las familias de ASOMAC, así como otras familias campesinas, viven de la tierra. Al despojarlas de
ella, se siembra el hambre y se vulnera su derecho a organizarse.
Esta historia, recogida por el Colectivo Pro Derechos Humanos, PRODH, es un llamado para que el Estado ecuatoriano respete el derecho a la libre asociación, haga justicia con las 44 familias
despojadas de sus tierras y repare su sufrimiento.