Ecuador enfrente un alto costo por no invertir en salud sexual y reproductiva

Una adecuada inversión hoy impacta no solo el presente sino también en el futuro. Sin
embargo, las autoridades ecuatorianas siguen sin tener una adecuada compresión de este
principio en la política pública y así lo refleja el manejo de la prevención en salud sexual y salud
reproductiva de adolescentes en Ecuador.

Las cifras lo dicen: En Ecuador más de 41.000 niñas y adolescentes, entre 10 y 19 años, se
convierten en madres cada año de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INEC). Alrededor del 16% de los nacimientos en el país son de una madre adolescente y el
0,7% de una niña menor a 14 años. Es por esto por lo que Ecuador es el segundo país de la
región con más casos de embarazo en adolescentes y niñas. Estos embarazos suceden en el
marco de otro indicador nacional importante y es que 2 de cada 3 embarazos en el país son no
intencionados.

Entonces esta situación todavía no ha sido dimensionada adecuadamente luego de la
pandemia de COVID 19 que saturó los servicios de salud en todos los países dejando varios
temas rezagados como es el caso de la prevención y atención de la salud sexual y
reproductiva. En este caso muchas de las atenciones en el sistema público simplemente
dejaron de hacerse. Pero en la práctica ¿cuáles son los impactos de no invertir en salud sexual
y reproductiva?

En el estudio Costos de omisión en salud sexual y reproductiva en Ecuador realizado en 2017
por el Instituto Nacional de Salud Pública de México, con el apoyo del Ministerio de Salud
Pública del Ecuador, SENPLADES, UNFPA y Sendas, se descubrieron las consecuencias
económicas de no invertir en la salud sexual y reproductiva.

En total Ecuador pierde cada año 448 millones de dólares debido a los embarazos no
planificados. Por costos directos:

  • para atender estos embarazos, partos y post partos atención de complicaciones de salud
  • muertes maternas
  • y atención de las consecuencias de abortos mal practicados

Y también incluyen costos indirectos debido al:

  •  abandono de los estudios
  • menor acceso a trabajos mejor remunerados
  • y muertes maternas prevenibles

Si bien estos costos indirectos son monetarios también estamos frente a una realidad donde las
vidas mismas de niñas y adolescentes son impactadas en el presente, pero también en el
futuro y por muchos años. Sin estudios las oportunidades de acceder a un trabajo y
remuneración digna son poco probables, así mismo niñas y adolescentes enfrentan un grave
riesgo de muerte, mucho mayor al de mujeres adultas, cuando llevan adelante un embarazo.

Si como sociedad no estamos enfocando una prioridad de política pública en este tema no solo
que se provoca un alto gasto público, sino que además se impacta gravemente el desarrollo en
términos económicos, pero sobre todo de calidad de vida, vida digna y futuro para adolescentes
y niñas. Es fundamental también atender la violencia contra las mujeres y en particular
adolescentes y niñas quienes llevan adelante estos embarazos muchas veces forzados por
contextos de violencia sexual que permanecen impunes.