En la reciente consulta popular triunfó claramente el “no” y el gran perdedor fue el gobierno de Guillermo Lasso. Confiado en encuestas que la daban una clara ventaja al “Sí”, Lasso hizo oídos sordos a analistas y políticos que le alertaban sobre el peligro de perder en una consulta teniendo un porcentaje de aprobación ciudadana apenas un 10%. Pero Lasso dio oídos a los cantos de sirenas de ciertas encuestadoras y asesores, pensando que ganaría el “Sí”, lo que la daría una buena dosis de oxígeno para seguir gobernando.
Nada de eso. La mayoría del pueblo decidió castigarlo en las urnas. Decidió castigar a un gobierno indolente que no hace nada por reactivar económicamente al país, que es uno de los dos o tres que en Latinoamérica todavía no ha alcanzado el nivel económico prepandemia. Lasso se jacta de que su gobierno ha creado como 400 mil empleos. Falso, eso empleos corresponden casi todos a empresas privadas, la mayoría de ellas micro, pequeñas y medianas, que volvieron a abrir y contratar pasada la pandemia y que están muy endeudadas y con problemas.
Por otra parte, el gobierno muestra con orgullo una reserva monetaria internacional de 9000 millones de dólares. ¡Más de lo que exige el FMI! Mientras tanto, tampoco ha hecho caso a las voces calificadas, incluso de personajes de la derecha que le han recomendado invertir unos 2000 millones de esa reserva en obra pública para generar empleo de mano de obra no calificada construyendo viviendas y reduciendo su déficit, reconstruyendo carreteras, haciendo proyectos de riego para impulsar la agricultura. Y de paso, dinamizar en algo la economía y disminuir la delincuencia común.
Lasso parece vivir en una burbuja cuyos límites no exceden de Samborondón y de su círculo íntimo, desconectado de la realidad del país, en el cual los niveles de inseguridad, pobreza, desempleo y corrupción son absolutamente inaceptables.
Este gobierno se preciaba de impoluto pero ahora debe soportar el caso de corrupción llamado Encuentro, red en la cual están involucrados no solo varios ex altos mandos del gobierno, algunos de los cuales ya huyeron el país, sino también el banquero Danilo Carrera Drouet. El cuñado de Lasso parece tener corona porque Fiscalía ni siquiera ha ordenado el allanamiento de su domicilio, ni tampoco Carrera se digna en asistir a la comisión de la Asamblea que investiga su caso.
Al gobierno no le servirá de mucho hacerse ahora el agradable con los partidos de oposición y los movimientos sociales para lograr un gran acuerdo. La CONAIE ha indicado que el gobierno incumplió con los acuerdos alcanzados en las mesas de negociación luego de las movilizaciones de junio del 2022 y no descarta nuevas manifestaciones. El correísmo, gran vencedor de las recientes elecciones, hará lo posible por lograr la destitución del presidente. El panorama para el régimen de Lasso es sumamente oscuro. Y requiere de ideas frescas que en algo alivien la situación crítica de los ecuatorianos.