Las grandes víctimas y los grandes victimarios de la guerra

Recientemente se cumplió un año de la guerra que se libra entre Ucrania, apoyada por la OTAN, y Rusia. Detrás de los horrores de la guerra, con su estela de muerte, destrucción, refugiados, desplazados, todo tipo de violaciones de los derechos humanos y enorme sufrimiento de las personas, están los intereses geopolíticos y económicos de Estados Unidos, a la cabeza de Occidente y por el otro lado los de Rusia, acompañada de forma más velada por China y algunas naciones más.  Se trata de la disputa entre monopolios por el control de mercados y el establecimiento de zonas de injerencia política.

 

Lo que para el gobierno ruso debía ser una guerra corta que le permitiera la anexión de zonas estratégicas, de población mayoritariamente rusófona, y que pondría freno a la expansión de la OTAN en sus fronteras, se ha prolongado más de lo que el gobierno de Putin esperaba, debido el enorme apoyo bélico a Ucrania por parte de Estados Unidos y los demás miembros de la OTAN. 

 

Lamentablemente, la invasión rusa a Ucrania podría ser el anuncio de una futura guerra mayor a corto o mediano plazo, en la que el imperialismo norteamericano tratará de defender con uñas y dientes su hegemonía mundial, la cual está perdiendo ante el avance de imperialismos de otro estilo, el de China y el de Rusia. Es decir, estamos frente a la transición de un mundo unipolar a uno multipolar. 

 

Mientras tanto, Europa sigue al pie de la letra las órdenes de Estados Unidos, incrementando notablemente sus gastos bélicos para apoyar a Ucrania. Sin embargo, los países europeos se han visto muy afectados por las secuelas de la guerra, principalmente por el alza de los precios de la energía como consecuencia de la prohibición de la compra de gas y petróleo rusos. En cambio, uno de los beneficiarios han sido los Estados Unidos, convertido en suministrador de hidrocarburos al viejo continente. Recientemente, Joe Biden visitó Ucrania, como demostración de poder y provocación y para pasar lista a sus aliados de la OTAN, con el fin de comprometerles más con esta guerra y mantener las sanciones económicas contra Rusia.

 

Otra consecuencia de la guerra fue el aumento considerable a nivel mundial de los precios de alimentos y productos como fertilizantes, de los cuales Rusia y Ucrania han sido grandes productores (trigo, cebada, girasol, aceites, urea, etc.) así como la disminución drástica de las exportaciones de terceros países a aquellos. 

 

En esta guerra las grandes víctimas son los pueblos de Ucrania y de Rusia, que ponen los muertos. El conflicto bélico tampoco favorece a los pueblos, a los trabajadores, a los pobres de ninguna parte del mundo. Favorece a los intereses geoestratégicos y económicos de estados que se disputan el dominio del planeta y de las grandes empresas transnacionales a las que defienden. Por eso, lo más sensato y racional sería un cese de fuego que ponga fin al inhumano derramamiento de sangre y que se inicien inmediatamente negociaciones entre Rusia, Ucrania y la OTAN para alcanzar la paz.