Sonia Rodríguez Jaramillo
Conmemorar el 8 de marzo alegra y reconforta. En Guayaquil exigimos derechos de manera clara y a la vez festiva, alegre, sabiendo que somos muchas; acompañándonos, animándonos a seguir en la lucha, bailando y gritando bajo la lluvia, así fue en este 8M del 2023.
Más cuando el movimiento feminista se renueva con niños, adolescentes, crece con mujeres jóvenes diversas de varios sectores, mientras las mujeres de la tercera edad se mantienen.
Los gritos fuertes exigiendo: No más violencia. No más femicidios. No más impunidad a los femicidas y agresores sexuales. La aplicación de la despenalización del aborto por violación. No a la maternidad forzada en niñas por violencia sexual, se hicieron escuchar el Guayaquil. Ahora se suman las familias de las víctimas, comprendiendo que es una lucha contra el patriarcado, los poderes políticos, jurídicos y económicos también. Por eso, hay que apoyar y apoyarse en el movimiento feminista para fortalecer la lucha.
Guayaquil ahora tiene un movimiento feminista que crece en la difusión y exigencia de sus derechos, que innova mensajes, formas de visibilizar que Vivas y felices no queremos. No más violencia. Ni una menos.