Las mujeres son las más afectadas por el endeudamiento del Ecuador con el Fondo Monetario Internacional (FMI)

Los gobiernos de Moreno y de Lasso se endeudaron en varios miles de millones con el
FMI para pagar la deuda externa que mayoritariamente fue contraída en el gobierno
de Correa. Como consecuencia, este organismo le impuso al Ecuador los consabidos
programas de austeridad que han significado la reducción en el gasto social.

Uno de los efectos ha sido el aumento del tiempo de trabajo de las mujeres por la
reducción del estado y del acceso a la salud y educación, por lo cual las mujeres llegan
a cumplir dobles e incluso triples jornadas. Esta situación se agravó en la pandemia y
post-pandemia del covid-19. Al ver restringido su acceso al servicio público de salud y
debido al deterioro de la infraestructura y la falta de personal, las mujeres se han visto
afectadas en el acceso a sus derechos sexuales y reproductivos. Ejemplo de ello son el
aumento de la mortalidad materna y del embarazo adolescente al igual que la falta de
acceso de mujeres adolescentes a métodos anticonceptivos y la pastilla de
emergencia.

Otro problema es el drástico recorte en los fondos para prevenir la violencia de
género. Justamente 2022 fue el año en que se estableció el indignante récord de 332
femicidios en el Ecuador.

A esto se suma que, desde 2019, ya son cerca de cinco mil los trabajadores de la salud
pública que ha sido despedidos, de los cuales 60 % son mujeres. Además, la pérdida de
trabajos en todos los sectores, el encarecimiento del costo de la vida, las dificultades
de pago de educación y salud de los hijos hace que las mujeres contraigan deudas que
precarizan sus vidas y las de sus familias. Por otra parte, el Estado no reconoce el
trabajo de cuidados de otras personas ni el trabajo doméstico, ambos realizados casi
siempre por mujeres. A cambio, ellas no reciben ni un centavo mientras que el gobierno, cumpliendo los acuerdos con el FMI, envía al exterior miles de millones de
dólares para garantizar la rentabilidad de los bancos.

Existen alternativas a la austeridad impuestas por el FMI, de manera que los recursos
del país se utilicen en resolver, aunque sea en parte, los problemas estructurales del
país, que golpean con todavía más fuerza a las mujeres.