Sonia Rodriguez Jaramillo, CEPAMGye
En Guayaquil, una psicóloga que atiende en el Hospital Monte Sinaí, tiene un juicio en su
contra, por un supuesto falso informe psicológico. Una psicóloga no puede falsificar su
propio informe, lo que se está encubriendo es un caso de abuso sexual por parte del padre
de la niña.
La psicóloga emite un informe a partir de lo que la niña y su hermana expresan, representan
con dibujos y juegos en las sesiones psicológicas, donde resulta evidente el abuso sexual al
que han sido sometidas, que amerita se investigue judicialmente; pero ocurre que ese
proceso no avanza y sí el juicio contra la psicóloga, con amenazas e intimidación
El proceso legal no ha garantizado la privacidad, confidencialidad que amerita la vida de la
niña abusada, quien no recibe atención psicológica especializada, así como tampoco su
hermana ni su madre, también afectadas como corresponde, por estar atemorizadas,
agobiadas por un proceso judicial viciado de irregularidades y angustiadas ante la
posibilidad de tener que vivir con el agresor.
La denuncia pública de este caso de violencia sexual, pone en evidencia la complicidad
perversa del padre, con personal del sistema de justicia e inclusive del sistema de salud
para entregar el informe y alterarlo.
Este caso confirma lo frecuente de este delito y lo difícil que es para las victimas llevar
procesos donde se sancione a los agresores y se restituyan derechos. Pero insistimos y
resistimos.