El Sistema Interamericano de Derechos Humanos tiene dos órganos autónomos de la Organización de los Estados Americanos – OEA, que tienen el objetivo de promover y proteger los derechos humanos; estos órganos son: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Mientras la Corte es una instancia judicial la Comisión Interamericana de Derechos Humanos posee facultades que van desde lo político hasta lo jurisdiccional, pues recibe y conoce peticiones en las cuales se denuncian y reclaman violaciones a derechos humanos, así también medidas cautelares solicitadas en situaciones de gravedad y urgencia. La Comisión representa la instancia previa y obligatoria para llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, esa es una razón de peso que demuestra su importancia.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos está integrada de siete miembros, que deberán ser personas de alta autoridad moral y reconocida versación en materia de derechos humanos, según lo establece la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En junio de este año la Asamblea General de la OEA elegirá cuatro personas para ser comisionadas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Pero organizaciones de derechos humanos han alertado sobre el peligro que representan para los derechos humanos algunos perfiles, entre ellos el candidato presentado por el gobierno ecuatoriano Pier Pigozzi.
En comunicados mencionan que “son sus públicos y sistemáticos posicionamientos en contra de los derechos de la población LGTBI+. A la vez, se erigió como intelectual orgánico de proyectos políticos conservadores y defendió con énfasis posiciones reticentes al avance de derechos en temas de salud sexual y reproductiva: criticó las iniciativas locales y regionales sobre educación sexual y militó en Ecuador en contra del reconocimiento y la garantía del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, inclusive en casos de violación.” También les preocupa su posición sobre la discrecionalidad del cumplimiento estatal de compromisos internacionales en materia de derechos.
Otro hecho preocupante, en marco del proceso de candidaturas y selección es que el estado peruano retiró la candidatura de Julissa Mantilla para su reelección hecho que no fue siquiera notificado a la candidata, ella se enteró por redes sociales. Luego en paralelo los estados de Estados Unidos, Brasil y Honduras también retiraron sus candidaturas, Honduras y Perú ni siquiera entregaron explicación alguna. Estas preocupantes actuaciones no habían sucedido en anteriores procesos.
En comunicado público el panel independiente de expertas y expertos para la elección de nuevos comisionados alertó que esta actitud puede empujar al proceso a una selección altamente politizada. También llamó la atención para que postulantes cumplan con el requisito de alta autoridad moral y reconocida competencia en materia de derechos humanos, así también mencionaron que los estados deberían difundir ampliamente las vacantes, esto no sucedió en el Ecuador donde no se generó un proceso de diálogo entre la sociedad civil y el gobierno.
Es fundamental que la composición de la nueva Comisión Interamericana esté integrada por las personas más probas, coherentes con el conocimiento y la práctica de los derechos humanos. Este espacio regional no puede convertirse en una estrategia de grupos conservadores y antiderechos.