Sonia Rodríguez
Temor, desilusión, desconfianza es lo que se percibe y escucha en Guayaquil frente a la violencia, que está ligada al narcotráfico local e internacional; pero articulada a la economía, lavado de dólares, de empresas, “ciudadanos” que encubren sus riquezas y no les importa la gente, sino seguir lucrando.
Los noticieros, solo cuentan cada día cuántos muertos y víctimas colaterales: mujeres, niños, niñas, adolescentes, adultos mayores. En medio de este desastre aparecen personas rescatadas, que fueron secuestradas que salen angustiadas, agradecidas con la vida; pero sin enfrentar las causas estructurales.
Tenemos derecho a una vida digna, salud, es decir personal, equipos y medicamentos suficientes; educación, aun muchos niños, adolescentes y jóvenes no están recuperados de los efectos del aislamiento por la pandemia del Covid y por la crisis económica, tiempos en los que no pudieron estudiar. Urge enfrentar la violencia de género, garantizar educación sexual integral para reducir embarazos no deseados, la violencia entre pares, las infecciones de transmisión sexual, eso sería enfrentar los problemas estructurales.
Hasta ahora, las candidaturas no presentan propuestas claras, ni con qué recursos lo van a lograr, muchos no cumplen el incremento de la participación de mujeres en las listas. No debemos votar por los partidos y asambleístas que demostraron su incapacidad y que no les importa el país, sino sus mezquinos intereses para ocultar, liberar de las sanciones que merecen quienes gobernaron y fortalecieron la corrupción, la violencia criminal, de género, se han enriquecido y ejercieron violencia desde el poder. Prohibido olvidar.