En un editorial anterior el Colectivo PRODH ponía en la palestra varios temas que deberían preguntarse a los dos presidenciables en relación con, el respeto y garantía del Estado de derechos, la democracia y los derechos humanos, así como también preguntas concretas en relación con las políticas y acciones que del llegar al poder adoptarían respecto a vivienda, trabajo, salud, seguridad social, medio ambiente, naturaleza, tributos, seguridad y corrupción.
Sin embargo, entre esas preguntas muy necesarias pasamos por alto abordar un par de temas de gran relevancia y que además debido a las posturas conservadoras y tradicionalistas de la y él presidenciable y de sus binomios generan gran preocupación. Nos referimos al respeto y garantía de los derechos de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos de las y los jóvenes y los derechos de las personas que forman parte de las diversidades sexuales.
Preocupa y con razón que ambos binomios parecen no diferenciar entre sus posturas personales y lo que implica el gobierno y la administración del Estado, que conforme el artículo primero de nuestra Constitución es LAICO, escúchese bien y con fuerza ESTADO LAICO. La laicidad implica que el Estado y quienes momentáneamente lo representan están obligados a respetar el pensar y el sentir de los demás aún sí es diferente a sus creencias personales y sus posturas religiosas.
Poniendo ejemplos muy aberrantes y groseros, uno puede ser un creyente convencido de que la familia tradicional es el único tipo de familia desconociendo la diversidad familiar existente en el país por razones sexuales, migratorias y por otros factores. También uno podría creer que la mujer le debe obediencia al hombre y con ello perpetuar el machismo y el sexismo en la sociedad ecuatoriana. Así también, podrían pensar que las y los jóvenes no requieren conocer sobre sus derechos sexuales y reproductivos y con ello perpetuar la preocupante situación de embarazo adolescente en Ecuador. O incluso pensar que las personas gays, lesbianas, bisexuales, transgénero, transexuales, entre otras diversidades no deberían existir y con ello desconocer décadas de lucha en contra de la discriminación de las identidades y un lento reconocimiento de los derechos de las personas LGBTQ+.
Sin importar las ideas anti-derechos en la que creen o piensan los binomios deberían sí o sí respetar nuestra Constitución y los derechos de la mujer, los derechos sexuales y reproductivos y los derechos de las diversidades sexuales que progresivamente se han reconocido, lamentablemente aquello no queda del todo claro respecto a los binomios de Noboa y González.
Por lo expuesto desde el PRODH planteamos primero que todo que estos temas sean abordados cada vez que sea posible dialogar, cuestionar y discutir con las y los candidatos. Segundo, planteamos realizar las siguientes preguntas específicas que nos darán una idea clara del respeto y garantía del “Estado Laico”.
1. ¿Usted respetará las sentencias de la Corte Constitucional que reconocen el matrimonio igualitario y el aborto en casos de violación y así también la institucionalidad de la Corte Constitucional?
2. ¿Durante su mandato considerará como una prioridad los derechos de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos, y los derechos de las diversidades sexuales?
3. ¿Qué políticas y acciones específicas realizará para el respeto y garantía de los derechos mencionados?