Las elecciones anticipadas en Ecuador para nuevas autoridades del Ejecutivo y Legislativo fueron el escenario de muchas dificultades para actores políticos e institucionales, pues se organizó el proceso en un plazo récord y por primera vez en estas condiciones excepcionales.
Justamente para esta elección se esperaba la aplicación de las nuevas reglas del Código de la Democracia que contemplaban una plena paridad y alternancia en la conformación de listas de los partidos políticos. Aunque para el Consejo Nacional Electoral las reformas no aplicaban para este proceso electoral, sectores del movimiento de mujeres demandaron vía administrativa la aplicación, pedido que acertadamente fue aceptado por el Tribunal Contencioso Electoral.
Con luz verde para una amplia participación de las mujeres en el proceso electoral se inició una implementación de este mandato pero con tiempos cortos y sin que los partidos políticos estuvieran listos para este momento, puesto que los mecanismos reales de democracia interna ni siquiera se habían puesto en práctica.
Anteriormente, en diciembre de 2022, Ecuador alcanzó una calificación de 59 sobre 100 puntos en el índice de paridad política – IPP, lo que da cuenta de que se arrastraba una brecha importante para una plena participación política de las mujeres en el escenario democrático del país.
¿Pero qué otros aspectos debían mejorar los partidos políticos para llegar a las recientes elecciones? Por ejemplo: la inclusión de una agenda de igualdad de género en sus plataformas electorales, habilitación de una normativa para contar con una unidad de género/igualdad para la definición de candidaturas, incremento visible de mujeres en máximas instancias de directorios nacionales y locales, estatutos que cuenten con compromisos y herramientas prácticas para la igualdad de género y no discriminación.
Situación paradójica que resultó es que la candidata a la Presidencia Luisa González y la candidata a la Vicepresidencia Verónica Abad tuvieron pronunciamientos antes y durante la campaña en contra de varios derechos humanos, en particular derechos relacionados a la elección de las mujeres sobre su vida personal y reproductiva.
Entonces incluso más allá de la elección y de las tendencias políticas unas preguntas que vale la pena hacernos como sociedad es ¿cómo pueden tener relevancia temáticas como la violencia contra las mujeres, la desigualdad en el acceso a la educación, la salud, el trabajo, la remuneración para las mujeres? ¿cómo logramos que nuevas participaciones políticas de mujeres en la escena electoral pueden ser aliadas de la defensa y garantía de los derechos de las mujeres?
La participación de las mujeres no es un elemento decorativo o de trámite, más participación de las mujeres asegurará una democracia más fortalecida. Sin embargo, es importante llamar la atención sobre la verdadera comprensión del género y los derechos de las mujeres en todas las instancias institucionales. Para el próximo periodo de gobierno veremos cómo se distribuye el poder entre hombres y mujeres en la Asamblea Nacional, el Ejecutivo y aún estamos a la expectativa de saber cómo se desenvolverán los liderazgos locales.