Cristian Borja Calahorrano
En Ecuador se comercializan productos y alimentos que poseen plomo y otros metales tóxicos y cancerígenos, el control de las autoridades es deficiente, por falta de recursos.
La alerta saltó a finales de octubre del 2022, cuando la Agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos informó sobre la presencia de plomo en una compota de manzana con canela, proveniente de Ecuador, que había intoxicado a 22 niños de este país. Sin embargo, la presencia de metales tóxicos y cancerígenos en los alimentos ecuatorianos no es nueva; además, el control de las autoridades es deficiente, debido a la falta de recursos económicos. La deficiencia en el control del ARCSA quedaría demostrada en que varios productos ni siquiera han sido analizados y siguen comercializándose, pese a los altos niveles de plomo que posee.
La definición adoptada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) indica que existe seguridad alimentaria «Cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico, social y económico a los alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida sana y activa». El art. 13 de la Constitución de nuestro país, establece que las personas y colectividades tienen derecho al acceso seguro y permanente a alimentos sanos, suficientes y nutritivos; preferentemente producidos a nivel local y en correspondencia con sus diversas identidades y tradiciones culturales.