El derecho a la salud no es una prioridad en la agenda del gobierno

Queridas y queridos radioescuchas y lectores lo crean o no este editorial fue escrito en una sala de espera de un hospital público, desde el espacio en el que me encuentro puedo afirmar como médicos y enfermeras se esfuerzan por trabajar de la mejor manera en condiciones nada ideales y que cada día empeoran.

En los pasillos se escucha a los internistas decir que las labores médicas que antes las realizaban 30 personas ahora solamente la realizan cinco personas, también se escucha decir a los administrativos que en este último mes les realizaron un nuevo recorte bastante considerable y que muchos temen por sus empleos.

En otra parte del hospital, un usuario se queja que de los tres medicamentos recetados tan solo le entregaron uno, los demás tendrá que comprarlos por su cuenta, enejado dice que no entiende a donde se va toda la plata que el gobierno recauda en impuestos. Más allá un médico habla con un paciente y le explica que tendrá que regresar después que no al momento no disponen de camas para internarlo.

En otra parte del hospital una persona se queja porque el turno que le entregaron está a dos meses de distancia, le explicaron en el hospital que al especialista lo botaron y no cuentan con reemplazo. Más allá un paciente también molesto señala que lo van a trasladar a otro hospital, que luego de varias semanas de estar internado esperando su intervención, todo se vio frustrado debido a que un equipo médico se dañó y no lo han reparado.

Todo esto ocurre mientras se observa un cartel gigante en reconocimiento de cerca de quinientos nombres de profesionales de salud, personal administrativo y demás servidores y servidoras que laboraron durante el tiempo de la pandemia COVID 19.

Es una verdadera pena que el gobierno siempre tenga otras prioridades en las cuales gastar el dinero en lugar de invertir en derechos sociales, (educación, salud, trabajo, seguridad social y vivienda) Lamentablemente el actual gobierno y los anteriores consideran que poner atención a estos derechos no vale tanto la pena que no es redituable electoralmente.

Que corta memoria tenemos como sociedad ecuatoriana, que indiferencia del gobierno ante el sufrimiento y necesidades de sus ciudadanas y ciudadanos y que poca importancia le damos al derecho a la salud.