Por: Maritza Salazar E. PRODH -Cotopaxi
La Asociación Flor de Caña, es una organización que se crea por la necesidad de familias productoras para encontrar nuevos mercados, precios justos y sobre todo ser reconocidos en el mercado nacional e internacional. Ha recibido apoyo principalmente financiero y técnico de la Fundación Maquita así como de gobiernos locales. Ha logrado consolidar en temas sociales, asociativos, productivos y comerciales, con el objetivo de expandir el mercado a través del mejoramiento de sus procesos de producción con el uso adecuado de la tecnología y el cuidado del ambiente, por tal motivo cuenta con varias certificaciones orgánicas, su creación data de febrero del año 2009.
Actualmente, producen de 12 a 15 quintales de panela granulada orgánica para la exportación, según informo Mariuxi Silva, socia del emprendimiento. La empresa asociativa con una presencia mayoritaria de mujeres ha crecido significativamente durante estos años, es una alternativa para sustento de las familias de la parroquia Palo Quemado y el cuidado de la naturaleza que les brinda una gran productividad para más de 400 familias; sin embargo esta forma de vida está en riesgo debido a la amenaza de la explotación minera.
Todas estas familias llevan una lucha en defensa de su vida y su territorio frente a la empresa minera Atico Mining que pretende desarrollar el proyecto minero La Plata para la exploración de oro, cobre, plata y zinc. Desde inicio de este año 2024, se presentaron enfrentamientos en el territorio entre los trabajadores y gente contratada por la empresa minera que pretendía llevar adelante la consulta minera frente a la oposición de los campesinos que viven en la parroquia. Los enfrentamientos se endurecieron con la presencia policial y militar para frenar las acciones de defensa de la población.
El alcalde del cantón Sigchos para evitar más derramamiento de sangre interpuso una acción de protección para la suspensión de la actividad. Esta acción de defensa constitucional lleva cuatro meses, mientras tanto la población sigue en defensa y trabajando en la agricultura sin contaminación para proteger la vida de los cientos de familias de la parroquia.
Los campesinos que viven del cultivo de sus tierras que están amenazadas por la extracción minera, han ratificado su rechazo a la actividad minera en su territorio porque terminaría con la riqueza natural y se contaminaría el ambiente perjudicando su trabajo y el bienestar de sus familias. Están a la espera de la sentencia que debe dictar el juez multicompetente del cantón Sigchos sobre la acción de protección que impida continuar con la actividad de consulta minera.