Maritza Salazar, Cotopaxi
Desde hace cinco meses que no llueve, esta situación ha provocada hasta el momento una pérdida de más 600 hectáreas de cultivos en los cantones de Latacunga, Pujili y Salcedo, el principal producto afectado es el tomate riñón. Afectados también cultivos de papas y otros tubérculos, las familias campesinas han pedido el único sustento económico y en los mercados se han encarecidos los precios afectando a la ciudadanía que consume.
Otro efecto devastador para la provincia es la pérdida de más de 1.400 hectáreas de bosques y páramos en el territorio del cantón Sigchos por los incendios. Son más de 23 días y no se ha logrado controlar el fuego, que está amenazando a poblaciones cercanas tanto la vida de las personas como los cultivos y los animales de crianza, de los que dependen las familias.
Según el INAMHI la sequía seguirá hasta el mes de noviembre, nos restan dos meses más sin lluvias. El volcán Cotopaxi ha perdido todo su hielo, son efectos terribles del cambio climático terminando con la producción agrícola, amenazando con terminar con bosques y páramos; así como con las fuentes de agua.
Al momento, varias instituciones realizan colectas de alimentos, agua y medicamentos básicos para apoyar a las decenas de bomberos que siguen trabajando para controlar el fuego, también a las poblaciones cercanas que se han incorporado al trabajo de los bomberos.
La fauna y la flora de las 1.400 hectáreas han desaparecido, asi también se ha perdido más de 400 hectáreas de mortiño, este fruto endémico de los páramos que es la principal materia prima del vino de mortiño, un emprendimiento que se ha convertido en un producto estrella de la provincia de Cotopaxi y es el sustento de más de 100 familias de la comunidad de Quinticusig.
Los efectos del cambio climático están provocando muerte en Cotopaxi, afecta los derechos de las personas en la producción y la alimentación, afecta los derechos de los pueblos en la destrucción de la riqueza natural que poseemos, por ello la necesidad de implementar acciones tendientes a una adaptación y mitigación de estos efectos tan adversos.
En la provincia, esta activada la solidaridad con la entrega de alimentos, la realización de mingas y la colaboración profesional para hacer frente a la sequía y los incendios.