OPINIÓN

Desafíos de la seguridad ciudadana en Ecuador

Por: Santiago Arguello Mejía

Un guardia con los ojos bien abiertos y el entendimiento bien cerrado. Así estigmatizamos la figura del guardia carcelario cuando nos enfrentábamos a la realidad penitenciaria del país y disponíamos del sueño redentor de rellenar de nuevo sentido a la función de control y vigilancia de los centros de rehabilitación social. La imagen la obtuvimos de un gestor del sistema que respondía a nuestra propuesta con la objetividad de dibujar a un “guía penitenciario” como el dueño de una garita de un metro cuadrado de extensión, con un uniforme de heladero y una arma de juguete, cumpliendo exclusivamente la consigna de seguridad estricta en el pabellón al que fuera asignado.
Se nos viene esta imagen reduccionista cuando enfrentamos más allá del submundo de las cárceles el tema de la seguridad ciudadana, sus perversiones y la proyección que han asumido sus artífices desde su mínimo espacio de poder y control social. Y en ese espacio nos hemos quedado, alimentando el árbol del mal con la visión simplificada del enemigo interno y de la seguridad nacional y hemisférica, que con tanto empeño aprendieron a esgrimir nuestros soldados en la Escuela de las Américas. Y sin embargo no hablamos del pasado. Freddy Rivera al recuperar la historia, aterriza en la instrumentalización que hace Estados Unidos de la certificación/descertificación atado a la guerra y bloqueo económico, comercial, financiero y de transporte.
Todo esto encuentra una justificación de relieve en el primer artículo de la Constitución de Montecristi: “Se organiza en forma de república y se gobierna de manera descentralizada” Todo lo que debería derivar en una línea estratégica en el sentido de formular y poner en marcha un modelo de gestión territorial y conformación de redes colaborativas en concordancia con los espacios de coordinación existentes en los territorios, valga decir especialmente en los Municipios.
Todo lo que corresponde es embarcarse en propuestas en marcha, generadas o en vías de generación por los gobiernos locales, en los gobiernos autónomos descentralizados, incidiendo especialmente en la realización de la justicia penal. Un buen ejemplo podría ser la respuesta del Estado ecuatoriano a una zona que hoy resulta conflictiva, como es la frontera norte, conformada por cuatro provincias, en que el requerimiento de gabinete zonal es clave para una respuesta de conjunto, que luego pueda ser integrada también a los procesos en cada provincia y en cada cantón o mancomunidad de cantones.

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