EDITORIAL

El Gobierno construye más elefantes blancos

Por:Diego Oña, PRODH

Mientras que el Ecuador está sumida en una severa crisis económica, el Gobierno sigue adelante con la construcción de mega obras, muchas de todas lucen innecesarias y además construidas no con los recursos del petróleo sino con deuda china, obtenida con altísimas tasas de interés y plazos cortos. Luego de la caída del precio del petróleo, el Gobierno insiste en seguir construyendo más elefantes blancos como por las plataformas financieras y de la función judicial, para uso de una burocracia que en la actualidad ya dispone de oficinas. Estas obras se suman a otras como el terreno aplanado más caro del mundo (1200 millones de dólares) de El Aromo, donde no se ha construido absolutamente nada de la refinería propiamente dicha.
Otras son el edificio de UNASUR financiado exclusivamente por el Ecuador pero que si es usado por los representantes de todos los demás países, la universidad Yachay donde a parte de los increíbles mega sueldos de las autoridades son enormes las asignaciones para 700 estudiantes (la asignación presupuestaria por estudiante de Yachay es 14 veces mayor a la de un estudiante de la Universidad Central) y hasta ahora no ha producido ningún proyecto significativo para el desarrollo nacional.
Asimismo sigue adelante la construcción de carreteras sobredimensionadas. También fueron construidos aeropuertos que no se usan como el de Santa Rosa y el de Tena, que fue usado por una ruta de TAME durante un tiempo hasta comprobar que la ruta no era rentable. El despilfarro ha alcanzado niveles impresionantes pero además se lo ha mantenido a pesar de la crisis, a pesar de que desaparecieron todos los recursos petroleros y que el nivel de endeudamiento del país está por superar el máximo permitido por la Constitución. Sin embargo, el gobierno dejó de pagar el aporte del 40 % del Estado al IESS, que es menos de lo gastado en la refinería del Aromo, poniendo en riesgo las jubilaciones de las futuras pensionistas.
El gobierno sigue adelante con las obras de relumbrón con fines claramente electorales para impresionar a esa parte del electorado que aún sigue pensando que “con tal de que hagan obra aunque roben”, sin pensar que la obra es innecesaria, tiene sobreprecio o está sobredimensionada. Total los gobiernos venideros son los que tendrán que ver como pagan.

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