Por: Sonia Rodríguez Jaramillo, CEPAM Guayaquil
En Guayaquil, se consolida una red ciudadana para visibilizar la gravedad y frecuencia de la violencia sexual contra las niñas, a través de una vigilia que se lleva a cabo todos los miércoles por las tardes.
El desamparo que viven las niñas en una situación de violencia sexual se extiende también a la sociedad que no ve, no escucha y no dimensiona el terrible impacto en sus vidas; de ahí que se requiere una atención integral que incluya los ámbitos psicológico, médico, social, educativo y no únicamente acciones legales.
Las niñas que han sido víctimas de violencia sexual requieren protección y cuidado; y sobretodo, necesitan estudiar, descansar, jugar, pintar, bailar en espacios que garanticen su protección. Es obligación del estado y de la sociedad restituir sus derechos para que pueden continuar su desarrollo.
Transversalizar los estudios de género en los diferentes niveles de educación contribuirá a prevenir y atender de manera urgente este delito.