Sara Hallo, corresponsal Bolivia
Desde el 20 de octubre que se realizaron las elecciones en Bolivia, la población llamó a movilizaciones en rechazo a los resultados por asumir que hubo fraude electoral. Desde esa fecha, hubo 21 días de manifestaciones donde varios bolivianos afirmaban estar cansados del régimen que llevaba quince años en el poder.
Durante estos días de protesta, algunos líderes como Fernando Camacho, Presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, empresario y de tendencia de derecha; Marco Pumárico del Comité Cívico de Potosí, y el candidato a la presidencia Carlo Mesa, solicitaban la renuncia de Evo Morales aún cuando el presidente aceptó la auditoría de la Organización de Estados Americanos, OEA, y quiso llamar nuevamente a elecciones.
A partir del viernes, hubo un motín policial que causó conmoción en el país. Ayer, las fuerzas armadas solicitaron la renuncia del presidente, posterior a esto, él renunció. Cabe recalcar que hubo actos violentos por parte de los manifestantes a favor del gobierno como también, entre viernes y sábado, los opositores quemaron viviendas de alcaldes y gobernadores del partido oficialista para presionarlos a renunciar y a pedir la renuncia del primer mandatario, así como amenazas al Ministro de Estado.
Ayer por la tarde, Fernando Camacho ingresó a la fuerza al Palacio Presidencial y se fotografió en el interior con la bandera de Bolivia y la Biblia en la mano, afirmando que “volvió Dios a la presidencia y que ya no está ahí la Pachamama”. La presidente y primer vicepresidente del senado fueron presionados para renunciar también, por lo tanto se espera que asuma el gobierno de transición, Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del senado