En el ocaso del imperio romano se acuñó la frase “pan y circo”, con esta frase algunos
ciudadanos romanos denunciaban las políticas populistas y clientelares del emperador
romano, quien mediante la entrega de regalos, banquetes, fiestas y espectáculos diseñados
para el simple divertimento, distraían al pueblo de lo verdaderamente importante, de sus
derechos y sus condiciones de vida.
Este tipo de prácticas absolutamente criticables son parte de la forma de hacer política de
muchos gobernantes. Sirva de ejemplo el Decreto Ejecutivo No. 645, firmado el 10 de enero
de 2023 por el presidente Lasso. Norma mediante la cual el presidente redujo la tarifa del
Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) a varios productos entre ellos el tabaco, las
bebidas alcohólicas, la cerveza, las bebidas azucaradas, las fundas plásticas y otros tipos de
productos de plástico.
A todos nos gusta que se reduzcan los impuestos y pagar menos por un producto, pero la
razón por la cual los productos anteriormente mencionados se encuentran gravados con una
mayor carga tiene su razón de ser. Por ejemplo, en relación al tabaco, las bebidas
alcohólicas, la cerveza, las bebidas azucaradas los impuestos buscan desincentivar el
consumo de productos que atentan contra la salud de las personas, que les generan
enfermedades, que les provocan padecimientos crónicos y les obligan a tomar medicinas y
seguir costosos tratamientos. Tratamientos cuyo costo muchas veces recae en el bolsillo de
la persona y en otras ocasiones directamente sobre las instituciones de salud pública.
En cuanto a las fundas plásticas y otros productos de plástico la razón evidente para
desincentivar el uso de estos productos, es el daño ecológico que provocan a la naturaleza.
Acción Ecológica señala que “por su lenta degradación y su composición química, el
plástico es muy agresivo en la naturaleza. Además, tanto su producción como su
incineración contribuyen en gran medida al cambio climático. Los residuos plásticos se han
convertido en los más abundantes en todo el mundo. Una bolsa de plástico tarda en
degradarse 150 años (una botella, más de mil años).” En adición, cabe señalar que la
producción del plástico se encuentra ligada a la explotación petrolera, actividad que
conlleva varias afectaciones al medio ambiente.
Por estas razones, varias organizaciones e instituciones como FAO, UNICEF, OPS-
Ecuador, el Programa Mundial de Alimentos, comunidades médicas e incluso los propios
consumidores veían con buenos ojos y recomendaban el que estos productos cuenten con un
impuesto mayor. Además, señalaban que, al no tratarse de productos de primera necesidad,
el consumidor puede optar por prescindir de ellos y optar por otras opciones que no afecten
su salud o la naturaleza.
Otra de las rebajas de impuestos se refiere a las armas de fuego y municiones. Sobra decir
que el acceso a armas a un menor precio, lejos de apoyar a la seguridad ciudadana puede
empeorarla en un contexto de criminalidad organizada y corrupción pública. En el decreto
ejecutivo también existe una reducción al ICE de aviones, avionetas y helicópteros, esta
reducción es un sinsentido, pues solo favorece a grupos determinados de sectores
privilegiados.
Por lo señalado, las medidas de reducción del impuesto a los consumos especiales por parte
del presidente de la república son puro pan y circo, tal cual ocurría con los emperadores
romanos. No nos dejemos engañar pese a que se disfrace esta medida como una acción en
beneficio de la gente, especialmente de la más necesitada.