EUTANASIA, ECONOMÍA, ÉTICA y DERECHOS

El día de ayer, 31 de marzo de 2024, Víctor Manuel Pacheco, presidente de la Comisión Nacional de Bioética en Salud, publica en Noticiero Médico, un interesante artículo “DESPENALIZACIÓN DE LA EUTANASIA: LAS INCERTIDUMBRES DE LA SENTENCIA” (https://www.noticieromedico.com/post/despenalizaci%C3%B3n-de-la-eutanasia-las-incertidumbres-de-la-sentencia), en el que puntualiza algunas inquietudes e incertidumbres sobre la eutanasia.

Había leído antes en el mismo medio otra nota suya del 29 de febrero 2024 (https://www.noticieromedico.com/post/la-pendiente-resbaladiza-de-la-despenalizaci%C3%B3n-de-la-eutanasia), con el título “LA PENDIENTE RESBALADIZA DE LA DESPENALIZACIÓN DE LA EUTANASIA”, usando un término de un artículo del 2022 de Ángela María Guevara (https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872022000200248).

Tiene razón Víctor Manuel Pacheco, al puntualizar algunas posibles acciones no éticas en la aplicación de la eutanasia. Seguramente hay otras. Hay que reglamentar y definir adecuadamente los procedimientos, como en cualquier actividad importante de implicaciones vitales.

Sin embargo, ello no debe impedir el ejercicio de un derecho, como el de la valiente mujer, Paola Roldán, que originó el proceso de despenalización en el Ecuador. Generalmente sucede así, que un caso particular sienta precedente (o jurisprudencia) y beneficia a otros a futuro.

Hay mucho debate por delante. Considerando que éste se dará en el marco de una sociedad de doble moral; donde se condena el aborto, incluso en casos de violación, o la eutanasia; pero se permite y se crea las condiciones, incluso con acciones u omisiones explícitas del Estado, grupos sociales, empresas, instituciones, servicios, equipos médicos, para que niños, niñas, jóvenes, adultos y adultos mayores, enfermen y mueran sin atención alguna (muertes maternas, muertes infantiles, muertes por violencia, muertes por ENT, muertes innecesarias por COVID… son sólo algunos ejemplos, pero la lista es larga); sociedad moralista donde se destroza la naturaleza con impunidad.

Y en el caso de las personas, no es sólo la muerte; la falta de cuidado del Estado y la sociedad conduce también a graves discapacidades de muchos enfermos.

En los Países Bajos, donde la ley de eutanasia del 2001 tiene un amplio respaldo que supera el 80% de la población (https://elpais.com/sociedad/2021-06-24/la-ley-holandesa-de-eutanasia-suma-un-respaldo-del-87-al-cumplir-20-anos.html#:~:text=Igual%20que%20la%20espa%C3%B1ola%2C%20la,muerte%20(un%20suicidio%20asistido), desde hace una década se debate la posibilidad de legislación que amplíe ese derecho, para que una persona, aún sin enfermedad alguna y a partir de cierta edad (¿80 años? aunque no hay definición al respecto), pueda optar por morir tranquilo, en paz y sin dolor, con asistencia médica, porque así decide, porque cree que cumplió ya su misión en la vida (https://www.elmundo.es/sociedad/2016/10/13/57ffc565ca4741cc1c8b4602.html). Pero grupos conservadores que defienden la «voluntad divina» se oponen y persiguen a quienes hacen esas propuestas innovadoras basadas en derechos.

En muchos pueblos originarios de todo el mundo, los ancianos, desde tiempos inmemoriales, se retiraban en un momento a morir solos en un bosque, con dignidad.

Portándome maquiavélico, si el capitalismo se despojara de sus prejuicios religiosos o de otro tipo. Vería como una buena solución la despenalización de la eutanasia y de la decisión voluntaria de morir con asistencia a una cierta edad. Se descongestionarían servicios de atención médica y se aliviarían los sistemas de seguridad social.

Al final creo llegaremos a ese escenario, y no por razones médicas o éticas, sino económicas, por necesidades de acumulación del capital hegemónico, que está en grave crisis en Europa y USA, con países con poblaciones envejecidas y deudas que superan el 400% de su PIB y con una presencia cada vez mayor de los llamados países «emergentes» (incluidos los del BRICS, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que van adquiriendo más peso en la economía mundial y en un mundo que apunta a ser multipolar.

Precisamente, uno de los argumentos que pone a debate Víctor Manuel en su artículo de febrero de 2024, es el económico. Específicamente señala: “El desarrollo de un deber a partir de un derecho: el sistema relativo de valores económicos de escasez e inequidad puede atentar contra el valor intrínseco de la dignidad humana, imponiendo a los pacientes la obligación social de abandonar la vida cuando no se considere que valga la pena. La eutanasia podría ser solicitada por (o impuesta a) pacientes que se sienten carga, deseando quitar la tensión sobre sus familias o por intereses familiares en terminar la vida, sobre todo por razones económicas de costo”.

Creo que se trata de un punto muy importante para discutir, más aún en nuestras sociedades llenas de pobreza, inequidades y sin ninguna garantía de acceso a servicios de salud para las grandes mayorías, peor aún para servicios de cuidado paliativo, que algunos plantean como la alternativa.

No cabe duda de que el alto costo de tratamiento y cuidado de muchas personas con enfermedades crónicas graves, incluyendo los costos de cuidados paliativos, pesan sobre la posible decisión de una eutanasia. Ante la falta de respuesta del Estado y la sociedad, la persona afectada se desespera por proteger la economía familiar, trata de que ésta no llegue a la catástrofe; de hecho, muchas veces sucede así, aun en hogares pudientes. Y la perspectiva o decisión de eutanasia, no debería ser condenada moralmente. A quienes hay que condenar es a los que acaparan la riqueza a costa de la miseria de la mayoría, a quienes no permiten la vigencia universal del derecho a la salud y la seguridad.

A la hora de presentar argumentos éticos sobre la eutanasia, desde comités de bioética o espacios académicos, hay que tener cuidado de no dar argumentos que sean usados por grupos conservadores para oponerse a políticas públicas, para demonizar a pacientes y familiares que toman la decisión, a los profesionales (médicos, abogados…) que los apoyan.
Como ha sucedido con la anticoncepción de emergencia o con el aborto, los grupos conservadores siempre se opondrán a la eutanasia. Siempre se oponen y hacen todo lo posible para evitar o aplazar la vigencia de derechos, “a nombre de Dios”.
Hugo Noboa Cruz / abril 2024