Las escuelas grandes con buenos profesores que sepan guiar a los alumnos y alumnas, no son suficiente para brindar a los niños, niñas y adolescentes una educación integral, lo que realmente se necesita es un ambiente educativo libre de violencia.
Entre enero de 2015 y junio de 2020, la Fiscalía informa más de 2000 noticias sobre delitos sexuales en el sistema educativo, y solo hubo 3593 denuncias, es imprescindible que la información sea confiable y que los datos sean precisos para tener un panorama claro sobre el cumplimiento de los protocolos y leyes que deben cumplir todas las escuelas y colegios.
Las consecuencias de no garantizar un ambiente educativo sin violencia son irreparables, como en el caso de Paola Guzmán, la niña que fue violada por el director de una escuela y quien se suicidó al saber que estaba embarazada de él, así como otros tantos casos de niños y niñas.
El Estado ecuatoriano debe cumplir con la sentencia en su totalidad y garantizar que estos casos no se repitan, se debe asegurar que las guías, rutas y protocolos de actuación en contra de la violencia hacia niños, niñas y adolescentes en el sistema educativo que garanticen la calidad, oportunidad idoneidad y que sea una obligación cumplirlas.
Es necesario contar con un código de protección integral de derechos de niños, niñas y adolescentes que esté pensado desde su situación y de sus necesidades teniendo en cuenta toda su diversidad. Además, es importante no olvidar que está pendiente cumplir con la sentencia emitida por la Corte Constitucional sobre derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes y es deber del Estado garantizar una educación integral.