Cada sociedad tiene que lidiar en su tiempo contra algún fantasma, el nuestro es el de la poca importancia que prestamos a la salud mental. Las enfermedades mentales suelen ser demonizadas por las personas “de a pie” e incluso por ciertos “profesionales”, atribuyendo sus causas a cosas como “falta de voluntad” o “debilidad”, nada más alejado de la realidad.
Enfermedades como la depresión o los trastornos de ansiedad tienen un componente físico, por lo que deben ser diagnosticados y tratados en forma debida. No se trata de “episodios que vive la gente débil”, se trata de condiciones médicas con las que muchas personas viven a diario, contra las que luchan en silencio y soledad, precisamente por la falta de comprensión y la satanización social, que hace vergonzante manifestar que están pasando por una difícil enfermedad o afrontando una complicada condición.
Estos trastornos y enfermedades requieren de apoyo para su tratamiento, pues de lo contrario pueden escalar hasta consecuencias insospechadas como el suicidio. Un problema muy preocupante en el país, pues al consultar diversas fuentes estadísticas se encontró un patrón de alrededor de un suicidio al día durante 2021 y es la primera causa de muerte en menores de 18 años. La Organización Mundial de la Salud advirtió que se trata de un problema al que no se ha prestado suficiente atención, que para 2030 serán la principal causa de discapacidad en el mundo y que en el mundo solo el 10% de las personas que requieren atención médica por esta causa la reciben.
La gran mayoría de los Estados, entre ellos el Ecuador no afrontan con los recursos económicos y personal necesario una problemática de tal gravedad y magnitud. De hecho, en el mundo existe una continua y sostenida reducción del presupuesto para afrontar los cuidados de salud y de salud mental en particular, esto pese a que la pandemia ha visibilizado la gravedad y frecuencia de muchas de las enfermedades, trastornos y condiciones mentales que afrontan las personas.
Acudir a solicitar diagnóstico debe ser el primer paso. Pero también desde este editorial hacemos un llamado al personal médico y a profesionales de la psicología a no minimizar y prestar atención a los pedidos de ayuda y atención de sus pacientes. En 2021 el Ministerio de Salud Pública emitió los Lineamientos Operativos para la Atención a Personas con Intención y/o Intentos suicidas; allí se señalan 6 factores protectores, algunos de ellos familiares, sociales y comunitarios, por lo que la forma de abordar estos casos, contrario al imaginario popular, es colectiva.
Las autoridades públicas deben tomar conciencia de la importancia de la problemática. Por otra parte, medidas de autocuidado pueden ayudar a disminuir los síntomas: realizar actividad física regular, dormir lo suficiente, tener una alimentación saludable, disminuir el consumo de alcohol, realizar ejercicios de relajación, acudir a grupos de apoyo y dedicar tiempo de ocio a un hobbie o afición. Pero reiteramos, lo primero es acudir al médico ¿o acaso usted se aguantaría un dolor de muela por semanas?