Ecos de la Cumbre de Acción Climática

Por: Ximena Gudiño, PRODH

Los impactos del cambio climático se sienten en todas partes y tienen consecuencias graves en las vidas de las personas. Las economías nacionales se están viendo afectadas por el cambio climático, lo cual nos cuesta caro y nos costará aún más en el futuro.

Para tratar sobre estos aspectos, desde el lunes 23 de septiembre, se realizó en Nueva York la Cumbre de Acción Climática, en la sede de Naciones Unidas, en la cual el Prefecto del Azuay, Yaku Pérez, a nombre de los gobiernos regionales del sur global, expresó: “los páramos andinos son únicos en el mundo, ecosistemas de mayor diversidad biológica del planeta de alta montaña, sus suelos abundantes en materia orgánica retienen el carbono, y estos retienen también el acelerado cambio climático. En esta bendición natural llegó la bendición del oro, la maldición de la abundancia. Su sed tentó al Estado a otorgar 812 concesiones mineras, que representan el 15% del territorio del Azuay”.

En su alocución, Pérez señaló además que “los despojos son una constante, no solamente en el Ecuador, sino en el sur mundial: persecuciones, criminalizaciones, asesinatos. Según la revista World Witness, cada semana asesinan a 3 ecologistas, y de ellos, la mitad corresponden a pueblos indígenas. Irónicamente, son las comunidades indígenas y campesinas las que cuidan la biodiversidad, crían el agua, cultivan la tierra y dan de comer a las urbes. Las comunidades indígeno- campesinas pueden vivir sin la urbe, mas las grandes ciudades jamás pueden vivir sin las comunidades indígenas”.

El Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible se relaciona con la protección del agua, cuya meta para el 2013 es proteger los ecosistemas relacionados con el agua, lo cual a decir de Pérez es imposible cumplir. “Hoy somos 7700 millones de terrícolas, para el 2050 seremos 10 mil millones de personas, según la comunidad científica, 5 mil millones de personas sufriremos sed y hambre por falta de agua. En este contexto, para evitar su destrucción y contaminación, las comunidades, los ecologistas, los jóvenes que resisten, y para evitar la violencia del Estado y las transnacionales, propusimos una consulta popular en el Ecuador. La Corte Constitucional denegó, inclinó la balanza al peso (…) En este contexto dejo a los Estados y a la comunidad internacional presentada esta denuncia, ojalá no quede en algún rincón obscuro de los pasillos de las Naciones Unidas, y conmino la reparación por esta conspiración contra la participación, la democracia, la vida, la naturaleza de los pueblos”.