Por: Andrea Quijije, Movimiento de Mujeres La Merced
La época electoral ha llegado, y con ella una serie de preguntas que se hacen las mujeres aún quedan sin respuesta. La mujer ecuatoriana, siguiendo el movimiento universal, sale de su letargo, protesta de su miseria y pide conocimientos que la hagan apta para ganarse la vida con independencia, pide escuelas, pide talleres, pide ocupar puestos y cargos de poder; exige la participación política dentro de estos espacios, dentro de los movimientos y partidos políticos; más aún en esta época en la que necesitamos gobernantes con enfoque de justicia y de derechos.
Hablar del feminismo ecuatoriano nos remite a un sin número de mujeres que siglos atrás abrieron camino atreviéndose, en primer lugar, a hablar en voz alta, visibilizando su presencia en un medio en el cual el estereotipo de madre de familia, de mujer sumisa o apegada a la religión y al marido era el deber de ser mujer ecuatoriana.
En estos momentos las mujeres y la política están ligadas fuertemente. Recordamos a grandes figuras como Nela Martínez, Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña, Rosa Marga, y algunas otras mujeres que en la historia del Ecuador lucharon por los derechos. Las mujeres militantes de partidos políticos de izquierda, algunas pertenecientes a sindicatos, empieza a percibir que la discriminación y la violencia no eran patrimonio del capitalismo de sectores conservadores y se revelan al interior de estos espacios; dando como resultado lo que hoy nosotras, como mujeres organizadas, exigimos en el país, que la participación de las mujeres en todos los espacios políticos partidistas sea visible y que sea un hecho.
Actualmente, en la provincia de Manabí, las mujeres están vigilantes de estos procesos que son históricos, están conservando la participación y exigiendo que la ley de cuotas sea una realidad absoluta.