El apocalipsis ya ocurrió y está aquí

En las películas cuando ocurre una situación apocalíptica del tipo “nos va a caer un meteorito”, “el cambio climático se agravó”, “nos atacan los extraterrestres” o incluso “una pandemia se salió de control”, lo que suele pasar siempre es que, los gringos nos salvan, el mundo se une, la gente se vuelve buena, solidaria y considerada, el apocalipsis pasa y el mundo rápidamente se reconstruye y vuelve a la normalidad. Lamentablemente todo eso es ficción.

La situación apocalíptica ya ocurrió, esa pandemia de las películas existe y es la Covid-19, pues a la fecha, en el mundo más de 172 millones de personas se han contagiado y casi 4 millones han muerto. En nuestro país casi medio millón de personas se ha contagiado y 21 mil personas han fallecido. Y lamentablemente, la vida real no es como las películas.

Las potencias económicas solo salvaron a sus ciudadanos, una gran cantidad de personas se mostraron más egoístas que de costumbre e intentaron acaparar bienes y recursos, varios se encerraron en sus amplias casas con patio y balcón criticando a quienes no podían hacerlo, otros en cambio negaban la enfermedad y la gravedad de la situación. Otros también decían que “de esta situación se sale trabajando y que ya nada, algunos tendrán que morir” (los algunos siempre de clases media y baja, jamás ellos). Hasta el día de hoy existe gente que se comporta con tanta desconsideración que ni siquiera hace un acto de solidaridad mínima, como usar una mascarilla. Y valga recordar aquí ¡que aún luego de vacunados tenemos que seguir usándola!

Luego de más de un año las vacunas ya existen, pero se venden a altos precios al mejor postor. Mientras en algunos países abundan en otros escasean o ni siquiera llegan, el capitalismo y sus reglas de mercado no se volvieron flexibles y solidarias sino más fuertes e inhumanas. Para muchos la pandemia ha sido una gran oportunidad de negocio a costa de la salud de la gente y de vidas humanas, el rico es más rico y el pobre es más pobre. Existen vacunados VIP con vidas preferenciales y privilegiadas, vidas que sí valen, mientras en el otro extremo están en riesgo las vidas de todos los demás. Esos privilegiados no sienten ni vergüenza, ni arrepentimiento, siempre tienen justificaciones.

Algunos países privilegiados ya se encuentran superando la pandemia, no es nuestro caso ni el de la gran mayoría de lugares. Y es por eso precisamente que en este escenario apocalíptico cada día es más importante la defensa de los derechos humanos y de la democracia, empezando por que la salud sea un derecho garantizado a todos por igual y que existan ciertas condiciones mínimas que garanticen la vida de la gente con independencia de sus recursos económicos. Debemos exigir que quienes nos gobiernen lo hagan por el pueblo y para el pueblo, y en especial para los oprimidos, los más vulnerables, los siempre jodidos. Hay que demandar que los recursos económicos se administren de forma responsable y garanticen la vida de la gente.

El apocalipsis ya ocurrió, y como dice un famoso tango: “el mundo fue y será una porquería…” y por eso mismo, de esta no salimos bajando la cabeza y laburando, sino luchando, protestando, intentando equilibrar el sistema y buscando cambiar el estado de las cosas en beneficio de la gente. Siendo solidarios en las pequeñas y en las grandes cosas.