Cristian Roberto Borja Calahorrano
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE) 13,4 millones de ecuatorianos tuvieron que asistir a las urnas durante este domingo 5 de febrero, para participar en las elecciones seccionales, de los miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) y el referéndum, este último convocado por el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso.
Los comicios designaron a 23 prefectos de provincia, 221 alcaldes, 864 concejales urbanos, 443 concejales rurales, 4.109 vocales de juntas parroquiales y 7 consejeros del CPCCS. También se dio paso a la consulta popular que consta de ocho preguntas y que es impulsada por el Gobierno para modificar la Constitución en materia de seguridad, instituciones, democracia y medioambiente.
En el Ecuador la participación de la ciudadanía en la decisión estatal se manifiesta a través de la iniciativa popular, democracia directa, democracia representativa, entre otras formas; pero el sufragio es sin lugar a duda la forma trascendente en donde se plasma la voluntad del mandante, ya que las autoridades electas por el ciudadano podrían incluso definir una nueva constitución, leyes y demás normas que rijan el futuro de un país.
Si bien es cierto, en los procesos electorales se presume que la voluntad popular define a los representantes de un país y por ende su propio futuro, la relación entre el sistema de votación y la voluntad del votante no debería adolecer de factores que incidan en sus resultados, por lo tanto, la preocupación debe centrarse en adecuar a los mecanismos existentes métodos que surtan igualdad a los participantes, incorporar tecnología intangible que posibilite transparentar un proceso, con lo cual se garantice que el deseo de los ciudadanos pueda evidenciarse en los resultados.